Exjefes de la SSP, acusados de nexos con “El Chapo”

Redacción

Ramón Eduardo Pequeño García y Luis Cárdenas Palomino, dos cercanos al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fueron acusados ayer por un gran jurado en Nueva York de dejar operar con impunidad al cártel de El Chapo y de recibir sobornos millonarios, de acuerdo con un comunicado de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, que señala que el exjefe policiaco está acusado de estar implicado en una empresa criminal.

Pequeño García, quien fue jefe de inteligencia de la Policía Federal, y Cárdenas Palomino, exjefe de la División de Seguridad Regional de la misma institución están acusados de tres cargos de conspiración para traficar cocaína: “A cambio de sobornos multimillonarios, los acusados supuestamente permitieron al Cártel de Sinaloa operar con impunidad en México”, detalla el comunicado obtenido. Ninguno está detenido.

García Luna fue apresado en diciembre de 2019 en Dallas, Texas, y permanece a la espera de juicio en una cárcel federal en Brooklyn, Nueva York, acusado de tres cargos de asociación delictiva para el tráfico de cocaína y de falso testimonio. El miércoles pasado, señaló ProPublica, fiscales anunciaron que sería acusado bajo el Estatuto Kingpin, que permite sancionar a personas que forman parte de organizaciones criminales a las que se supone debían combatir.

“Durante casi dos décadas, García Luna traicionó a quienes juró proteger al aceptar sobornos de miembros del Cártel de Sinaloa para facilitar sus crímenes y empoderar a su empresa criminal”, señaló Seth D. DuCharme, fiscal en funciones para el Distrito Este de Nueva York, al anunciar la acusación, con la cual, aseguró, tanto el exsecretario de Seguridad como sus “coconspiradores enfrentarán a la justicia por delitos que implican la importación y distribución de cantidades masivas de drogas peligrosas a Estados Unidos”.

La acusación, que se basa en las investigaciones de la New York Strike Force (Fuerza de Ataque de Nueva York), indica que, “entre 2001 y 2012, mientras ocupaba posiciones de procuración de justicia de alto rango en el gobierno mexicano, García Luna recibió millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa a cambio de proteger sus actividades de narcotráfico”.

En cuanto a Cárdenas Palomino y Pequeño García, refiere que eran también funcionarios de procuración de justicia de alto rango que trabajaban con García Luna y que “cada uno recibió millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa. A cambio de los sobornos, entre enero de 2001 y el presente, los acusados abusaron de sus posiciones públicas al permitir que esa organización criminal obtuviera pasaje seguro para sus envíos de droga”.

También los acusa de proporcionar información judicial delicada sobre investigaciones relacionadas con el cártel, y reportes de bandas rivales, “facilitando la importación de múltiples toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos”.

Como ejemplo, explica que entre 2002 y 2007, García Luna supuestamente ayudó con al menos seis envíos de cocaína a Estados Unidos por un total de 50 mil kilos.

Los acusados, añade, “colocaron a otros funcionarios corruptos en posiciones de poder en ciertas áreas de México controladas por el Cártel de Sinaloa”, que al menos en dos ocasiones entregó personalmente pagos a García Luna en portafolios con millones de dólares.

De ser hallados culpables, García Luna enfrenta, por el cargo de estar implicado en una empresa criminal constante, una sentencia mínima de 20 años de prisión y máxima de cadena perpetua. Cárdenas Palomino y Pequeño García enfrentan, cada uno, por el cargo de conspiración para traficar cocaína, una sentencia mínima de 10 años de prisión y máxima de cadena perpetua.

Las acusaciones forman parte de una investigación sobre la corrupción del gobierno mexicano que comenzó después de que Joaquín El Chapo Guzmán fuera declarado culpable, en febrero de 2019, de 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas, por los que fue condenado a cadena perpetua.