Erogorgiaeno, antibiótico de origen coralino, ahora producido por bacterias

Redacción

Thomas Brück vio por primera vez un coral de la especie Antillogorgia elisabethae hace 17 años mientras buceaba en un viaje de investigación a las Bahamas. Este y otros corales pertenecen al orden Alcyonacea y se les conoce popularmente con nombres como coral blando. El Antillogorgia elisabethae contiene el valioso erogorgiaeno.

Brück aún recuerda vívidamente este encuentro, que tuvo lugar a 18 metros de profundidad. Dado que los corales de esta especie contienen erogorgiaeno y otros compuestos biológicamente activos, el bioquímico ha estudiado desde entonces la biosíntesis de productos naturales de este coral blando.

La existencia de los corales blandos está en peligro. La recolección y venta de estos corales es un negocio lucrativo, ya que contienen varios agentes activos con diversas utilidades. Entre ellas, además del erogorgiaeno, destaca una sustancia antiinflamatoria llamada pseudopterosina, que se utiliza en la industria cosmética desde hace años.

“Los arrecifes de coral fijan y almacenan dióxido de carbono, gas con efecto invernadero, y son puntos calientes de biodiversidad”, enfatiza Brück, de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) en Alemania. Si queremos proteger los arrecifes coralinos del mundo, tenemos que generar a través de procesos sostenibles los productos naturales biológicamente activos que se han venido extrayendo de ellos, tal como argumenta Brück.

El equipo internacional de Brück ha conseguido por primera vez producir en laboratorio uno de los agentes activos del coral Antillogorgia elisabethae, sin necesitar a ningún individuo de esta especie.

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Los corales de la especie Antillogorgia elisabethae producen sustancias naturales con diversas aplicaciones prácticas. Un equipo de investigación de la TUM ha producido con éxito una de estas sustancias en el laboratorio. (Foto: Thomas Brück / TUM)

La sustancia, denominada “erogorgiaeno”, es un antibiótico. Las pruebas iniciales de bioactividad muestran que es adecuada para luchar contra los patógenos de la tuberculosis multirresistentes a fármacos.

Anteriormente, el uso de esta sustancia de esta especie de coral era casi impensable, ya que el coral contiene solo cantidades extremadamente pequeñas de erogorgiaeno y además cuenta con protección. Utilizarlo como fuente de materia prima no sería ni económicamente viable ni ecológicamente responsable. Aunque ya existen métodos para elaborarlo mediante síntesis química convencional, son complejos y propician la producción de desechos tóxicos.

En cambio, con el nuevo método biotecnológico, recurriendo a bacterias que hacen el trabajo principal, es factible una producción consolidada de erogorgiaeno, de manera más ecológica y mucho más barata.

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