El Parlamento Europeo pidió la suspensión de las negociaciones para la adhesión de Turquía a la Unión Europea si el país implementa por completo sus planes de ampliar los poderes del presidente Tayyip Erdogan, en una votación calificada de errónea y equivocada por Ankara.
La Eurocámara tiene una influencia limitada en un proceso de adhesión que lleva ya décadas en marcha y que ahora está en el limbo tras los duros intercambios protagonizados en los últimos tiempos entre Turquía y algunos países europeos, pero la decisión puso en evidencia la creciente brecha entre las partes.
Los líderes de la UE han sido críticos con Erdogan y su comportamiento con sus opositores, tanto antes como después del fallido golpe de Estado contra su gobierno de hace un año.
Al mismo tiempo, no quieren perjudicar un acuerdo alcanzado el año pasado, según el cual Turquía frenó de forma eficaz la entrada de inmigrantes a Grecia, paliando una crisis que llegó a amenazar la unidad de la UE.
La resolución aprobada por el Parlamento en Estrasburgo “pide a la Comisión y a los estados miembros (…) que suspendan formalmente las negociaciones de adhesión de Turquía sin demora si la reforma constitucional se implementa sin cambios”.
Erdogan asegura que la ampliación de los poderes presidenciales es necesaria para ayudar a lidiar con los serios retos que enfrenta la seguridad del país, tanto a nivel local como más allá de sus fronteras.
Los partidos de la oposición y los grupos pro derechos humanos dicen que estas reformas amenazan la independencia judicial y llevan a Turquía a una autocracia. La UE también mostró su preocupación.
El ministro turco para la UE, Omer Celik, dijo que Ankara considera inválida la votación del jueves, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores aseguró que “esta decisión, que está basada en reclamos y acusaciones falsos, está pisoteando a la institución en cuestión. Esta decisión carece de valor para nosotros”.