Las historias de éxito se forjan con base en empeño, horas de trabajo y no rendirse ante ningún obstáculo. No importa el deporte, si es en tierra, en agua, individual o en conjunto, tocar la gloria es una sensación que sólo los más entregados alcanzan.

Quiero compartirles la historia de un joven que practica kitesurf, disciplina extrema que se lleva a cabo en el mar y que requiere una enorme fuerza física, pero sobre todo máxima concentración para hacer trucos sobre el aire, mientras el deportista va sujetado a un papalote. Su nombre es Juan Pablo Tron y es uno de los máximos exponentes de este deporte.

—Si tuvieras que describirte, ¿qué dirías sobre Juan Pablo Tron?

—Es un atleta bastante comprometido, con una buena idea de lo que quiere en un futuro como deportista y trabaja duro para eso; si es afuera del agua o adentro siempre es estar entrenando y progresar para llegar a lo que quiero.

—El gusto por los deportes extremos nació por ver a tus hermanos… ¿qué tan complicado ha sido para ti tenerlos como ejemplo?

—Bastante, yo hacía todo lo posible para intentar ser igual que ellos, siempre la competitividad entre hermanos era intensa.

—Practicas un deporte en el que te sometes a intensas horas de preparación, pero sobre todo, a una gran carga de estrés ¿cómo lo manejas?

—Sí, es mucho estrés por lo que tienes que hacer, que te vaya bien en las competencias, mantener un buen público en tu imagen como deportista, pero creo que eso es lo que te motiva.

—¿Qué tanta presión o responsabilidad sientes al ser uno de los mejores exponentes de México?

—Me da mucho orgullo, se siente padre saber que no sólo los adultos están en las categorías más altas, sino que siendo joven tú también puedes alcanzar ese nivel.

—¿Con qué sueñas?

—Deseo seguir con este estilo de vida cuando tenga 50, entonces si puedo encontrar un trabajo suficiente para seguir haciendo esto el resto de mi vida, con eso.