El hervor de la caldera sube y sube.
Se abren las válvulas y por toda partes surgen reuniones, grupos de trabajo, mesas de análisis y debate. Las organizaciones de la sociedad civil, los académicos; todos llevan a los mismos notables para escuchar sus opiniones, sus previsiones, sus augurios; analizar estrategias, pensar, especular, ya sea bajo la batuta incompresible de Javier Corral en Chihuahua para imaginar una futura e inviable alianza general, un frente de rara amplitud, o dentro del propio PRI para convocar a provectos ex gobernadores (y algún cuarentón fuera de tono), y escudriñar las entrañas del ave recién destripada.
Pero de todas esas reuniones hay una notable: la del PRI con sus ex gobernadores. Algunos francamente para esconderlos.
–¿Por qué es notable esta reunión? Por alguna de estas razones.
Hay quien piensa: el PRI tiene una enorme experiencia acumulada y a ella acude para abrevar de la sabiduría, el buen consejo, la previsora mirada de los años serenados por el tiempo. Pero otros creen distinta cosa.
–¿Piensa el PRI convencer, persuadir, lograr un nuevo discurso mediante la asamblea de viejecitos, algunos de ellos impresentables; otros cuyos gobiernos acabaron con el cese o el escándalo?
En “El otoño del patriarca”, Gabriel García Márquez imaginó una reunión de ancianos dictadores cuya diversión era sentarse a jugar al dominó y relatarse unos a otros, sus viejas glorias, la mayoría de ellas inventadas o exageradas por la nostalgia. Y así lo hacían hasta el día de su muerte cuando los echaban al mar dispuestos para siempre a “gobernar olvidos”.
Frente a las reuniones de los “frentistas”, quienes quieren hallar nuevas formas para enfrentar el futuro, la reunión del PRI les pareció a algunos una buena forma de mirar hacia atrás, hacia el pasado, como dicen (perdón por el insufrible lugar común, tan básico) hizo la mujer de Lot antes de convertirse en una estéril estatua de sal.
Así nos lo hicieron saber:
“El dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, se reúne esta tarde con ex gobernadores de este partido para dialogar entorno a los puntos a discutir en la asamblea nacional priísta, a realizarse el 13 de agosto.
“A la comida, realizada a partir de las tres de la tarde en el salón Alfonso Reyes, han llegado decenas de ex mandatarios, cuyos periodos de gestión son, en algunos casos, de décadas anteriores.
“Participan en el encuentro ex gobernadores de todas las entidades del país como Francisco Labastida, de Sinaloa; Beatriz Paredes, Tlaxcala; Jorge Carlos Hurtado, Campeche; Carlos Lozano, Aguascalientes; Luis H. Ducoing, Guanajuato; Silverio Cavazos, Tamaulipas; Miguel Ángel Nuñez Soto, Hidalgo; José Francisco Olvera, Hidalgo; Guillermo Jiménez Morales, Puebla, entre otros.
“El líder nacional del PRI continúa con reuniones con integrantes de sectores que integran este partido, como el campesino”.
Si uno quisiera saber cuál fue la utilidad de esa reunión, podría revisar las palabras de Francisco Labastida cuya sabiduría se convierte en una simple advertencia frente a un panorama riesgoso:
“…En política no hay nada escrito y para obtener el triunfo en las elecciones de 2018 el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se prepara para presentar un buen candidato, afirmó Francisco Labastida Ochoa.
“Entrevistado al concluir una reunión que sostuvo el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, con los gobernadores de ese instituto político, aseguró que también se afina un programa de acción que convenza al electorado.
“Indicó que en el encuentro “se presentó un diagnóstico del país y una propuesta de solución que les diga a los mexicanos cómo podemos estar mejor y cómo hacerlo”.
“Respecto a las encuestas electorales recordó que él tenía 20 puntos en favor y sin embargo perdió la elección presidencial, lo que demuestra que en política “no hay nada escrito” y todo depende de lo que cada uno haga.
“En este sentido el también ex gobernador de Sinaloa y ex secretario de Gobernación subrayó que para alcanzar un buen resultado se debe actuar con objetividad y definir con inteligencia y sensatez qué es lo que se hará con miras a la jornada electoral del año próximo”.
No se trata de ironizar sobre este panorama al cual se enfrenta el PRI, pero si uno hiciera caso del lenguaje de la casualidad, si le azar escribiera parte de la trama de la vida (como indudablemente ocurre), si los hados jugaran a los dados –perdón por el juego de palabras, tan básico— podríamos decir: al acabar la reunión, significativa y simbólicamente se les perdió un político con Alzheimer, lo cual no es ninguna mentira. Por fortuna lo encontraron pronto:
“El ex gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández Gómez, fue localizado por personal del Centro de Apoyo de Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), en buen estado de salud, luego de que la tarde del sábado fue reportado como desaparecido.
“Posteriormente, el ex mandatario fue entregado a sus familiares, informó la procuraduría capitalina.
“Este sábado 5 de agosto, Hernández Gómez, había asistido con un amigo a una comida de ex gobernadores priistas en la colonia Buenavista, pero fue perdido de vista por su acompañante quien reportó su extravío”.