Bob Iger, presidente de Walt Disney no está a punto de liberar completamente a los fanáticos de ESPN de sus paquetes de cable o de los miles de millones que pagan anualmente por el canal deportivo más popular del mundo.
El máximo responsable de Disney parecía muy amigable para alguien disconforme con una compañía de cable cuando anunció planes de brindar dos servicios de vídeo directo a los consumidores, uno de ESPNy otro que ofrecería programación familiar como la próxima película ‘Toy Story 4’.
“Está claro para nosotros que el futuro de este sector será forjado por las relaciones directas entre los creadores de contenidos y los consumidores”, dijo el ejecutivo de 66 años en una teleconferencia con analistas.
Pero para entender las medidas que toma Iger, es importante separar la parte de Moana -las películas familiares- de la parte de Monday Night Football de los negocios de la compañía. Los deportes son la porción más lucrativa del imperio de medios de Disney, ya que le dan millones de espectadores y apalancamiento para competir con proveedores de televisión paga como Comcast y DirecTV.
Cuando se trata de películas, Disney dio un gran paso hacia el control de su destino al frenar las ventas de nuevas películas para niños a Netflix y ofrecerlas a través de un servicio de streaming independiente a partir de 2019. Pero al tratarse de Monday Night Football y el resto de ESPN, el gigante de California, se mantiene en una postura más defensiva.
Desde hace un año Disney ha hablado de un servicio de suscripción de marca ESPN y los detalles que la compañía proporcionó el martes subrayan lo cauteloso que es Iger.