Después de siete alzas consecutivas, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió este jueves por unanimidad dejar sin cambio su tasa de referencia en un nivel de 7 por ciento.
De acuerdo con el comunicado del organismo, el balance de riesgos para la inflación no registró cambios respecto a la última junta de política monetaria. Además, mantuvo su expectativa de que ese indicador se dirigirá al objetivo de 3 por ciento hacia finales de 2018.
“Desde la última decisión de política monetaria, las condiciones en los mercados financieros nacionales han continuado siendo favorables”, señaló la Junta de Gobierno.
En septiembre, el Banco Central inició el periodo de alzas. La Junta de Gobierno realizó consecutivamente tres incrementos de 50 puntos base y cuatro más de 25 puntos, para un total de 275 puntos.
No obstante, desde diciembre de 2015, Banxico acumula 10 incrementos a su tasa objetivo, que totalizan 400 puntos base. Con ello, la autoridad monetaria mexicana se ha convertido en la más restrictiva del mundo en ese periodo.
El tono utilizado por los miembros de la Junta de Gobierno en este comunicado fue optimista respecto a las condiciones tanto internas como externas, aunque mostró preocupación sobre el rumbo de la política en Estados Unidos.
“Este escenario de crecimiento (global) sigue enfrentando riesgos a la baja, incluyendo una elevada incertidumbre sobre el rumbo de la política económica en Estados Unidos y crecientes tensiones geopolíticas en diversas regiones, así como el posible tránsito hacia un ambiente más proteccionista en el comercio internacional”, se lee en el comunicado.
Respecto al entorno local, Banxico insistió en que la inflación convergirá a su objetivo el siguiente año.
“Se prevé que en los últimos meses de este año la inflación general retome una tendencia a la baja y que esta se acentúe durante el año siguiente, conduciendo a la convergencia al objetivo de 3.00 por ciento hacia finales de 2018”, concluyó.