En teoría, Infosci es igual a otras muchas startups cuyos fundadores viajan a Sand Hill Road en busca de capital riesgo. Entre sus integrantes está el que dejó la escuela, el que trabajó en la CIA y el vendedor experto de empresas en ascenso, y afirman tener un mecanismo de protección contra ciberataques. Solo hay una diferencia: cuando los tres llegan a las reuniones con inversionistas potenciales, no llevan sudaderas ni sandalias. Los fundadores tienen entre 75 y 80 años.
“Si tuviéramos 40 años estaríamos fuera, reuniendo un par de millones de dólares, construyendo una empresa, rivalizando con RSA”, dice John Ellingson, el vendedor. “Pero como el más joven de nosotros tiene 75 años, debemos tener una estrategia de salida diferente”.
John Kittelberger, de 75 años, es quien hace décadas dejó la preparatoria. También fue empresario, propietario de un negocio de plomeria en los suburbios de Washington, D.C. Luego está Phil Dean, de 80 años, quien pasó tres décadas gestionando operaciones técnicas en la CIA y fue uno de los miembros originales del Centro de Contraterrorismo de la agencia. Ellingson, también de 75 años, es un abogado especializado en el robo de identidad y que hace dos décadas hizo dinero gracias a un sistema de detección de fraude que inventó. “Entre nosotros nos llamamos el plomero, el espía y el nerd”, dice Ellingson. Las reuniones de la compañía a menudo se realizan en las cafeterías de la cadena Panera Bread Co.
Los fundadores de Infosci han estado trabajando en un software que, aseguran, puede proteger contra ataques cibernéticos como el que sufrió la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos en 2014. Ese ataque filtró la información personal de más de 22 millones de estadounidenses, incluyendo datos de identificación como números
del Seguro Social y expedientes de verificación de antecedentes de personas que habían trabajado en el gobierno o realizado negocios con él. Ellingson señala que él y Dean estaban entre los afectados por el robo de datos.
El hackeo a esa dependencia fue efectivo porque los atacantes engañaron a la red de la agencia para que los aceptara como contratistas de confianza, usando códigos secretos del tipo que comúnmente conforman los sistemas informáticos más seguros. Debido a que estos códigos no suelen cambiar, los hackers pudieron aplicar la misma estrategia por más de un año. Ante este riesgo, Infosci ha diseñado un software de seguridad que cambia estos códigos con una frecuencia de hasta mil veces por segundo, de tal forma que lograr descifrar un código específico no sirve de mucho.
Aunque esta idea le resulte familiar a los expertos en ciberseguridad, por lo general este tipo de medida de prevención tiene al menos un certificado (o varios) que no puede cambiar porque es la porción de datos que identifica a un usuario determinado.
El software diseñado por Infosci también cambia ese componente. “La verdad es que no puedes guardar secretos”, dice Ellingson, por lo que la compañía ha sacado de la ecuación ese rasgo de inmutabilidad. Alex Doll, socio director de la firma de capital de riesgo TenEleven Ventures, dice que Infosci ha elegido un campo especialmente competitivo en la esfera de la seguridad. Pero aún en el Silicon Valley ávido de jóvenes, los años de experiencia en operaciones de seguridad gubernamental son un activo, dice Dan Conde, analista de Enterprise Strategy Group. “Si son buenos científicos, tienen muchas cosas que los jóvenes no pueden hacer”, señala. “Ellos han estado expuestos a las cosas más ruines durante décadas. Conocen las cosas más oscuras y extrañas que podrían suceder”. Los fundadores dicen que su edad les ayudó a colocarse al frente de la fila de la Oficina de Patentes y Marcas, que debió otorgarles una patente este mes. (Hay un trámite acelerado en esa oficina para los inventores mayores de 65 años.)
Por ahora, la compañía funciona con 650 mil dólares de financiamiento aportado por familiares, amigos y el contratista de TI Nuvitek LLC. Una versión temprana del producto se está usando en Amazon Web Services Inc., e Infosci dice que está listo para comenzar a otorgar licencias de su tecnología.
Pero no les interesa pasar años perfeccionando la empresa. Este grupo sólo quiere llegar al punto justo para atraer a un comprador como Dell Technologies Inc. o Alphabet Inc., o tal vez una empresa de capital privado. Ellingson menciona que espera comenzar a solicitar ofertas lo antes posible. En su propia versión del ethos típico de Silicon Valley, el equipo de Infosci quiere moverse rápido y marcharse a jugar golf. Eso no significa que venderán barato. Ellingson dice que ha aprendido un par de cosas desde que vendió su última invención por dos millones de dólares. “No éramos tan inteligentes en ese entonces”, dijo.