Donald Trump Jr. ha solicitado el cese de su protección personal por parte del Servicio Secreto al considerar que no tenía casi privacidad en su vida actual, rodeado de guardaespaldas por ser el hijo mayor del presidente de Estados Unidos. Se desconoce si la decisión afectará también a la escolta de su mujer y sus cinco hijos.
La decisión, adelantada por The New York Times, la tomó la semana pasada el primogénito del presidente, que reside en Nueva York y está acostumbrado a viajar con frecuencia. No es común que una persona tan estrechamente vinculada con el hombre más poderoso del mundo rechace su protección ya que podría convertirse en un blanco fácil para quienes desean atentar contra el actual gobierno estadounidense.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el Servicio Secreto ha tenido que aumentar considerablemente su gasto —financiado por los impuestos— para proteger a la que es una de las familias presidenciales más grandes: el presidente tiene cinco hijos y nueve nietos. En total, este departamento de seguridad federal se ha visto obligado a aumentar su plantilla para escoltar a un total de 18 familiares del republicano. Los constantes traslados del presidente Trump durante los fines de semana, normalmente a sus campos de golf y complejos hoteleros, también ha forzado a la agencia a trabajar horas adicionales a las estipuladas para cubrir las necesidades de la primera familia.
Además de la seguridad en la Casa Blanca, el Servicio Secreto también protege la residencia del magnate en la Torre Trump de Nueva York, donde vivía hasta su mudanza a Washington en enero.