Por más de dos siglos han vigilado el corazón de la Ciudad de México desde lo alto de la Catedral Metropolitana. Ahí habían permanecido, fieles a sus puestos las esculturas: la Esperanza, la Fe y la Caridad. La tarde de este martes, la Esperanza no soportó el movimiento telúrico de 7.1 grados que sacudió la Ciudad de México y cayó, se estrelló en el piso y quedó partida en dos. Fragmentos de la escultura quedaron regados por todo el atrio del inmueble histórico.
Los fragmentos de la escultura atribuida al arquitecto valenciano Manuel Tolsá yacían en el mismo sitio, acordonados con una cinta amarilla que prohibía el paso, en espera de ser evaluados por expertos de la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Desde arriba, flanqueados por la bandera mexicana a media asta, se mantenían firmes la Fe y la Caridad.
A pie de calle, los transeúntes se detenían a observar la escena.
En el interior de la Catedral y en el atrio, un grupo de personas de la Secretaría de Cultura y de Protección Civil emprendieron trabajos de peritaje después del mediodía. El reporte oficial sobre los daños a esta joya arquitectónica sigue pendiente, así como el de otros edificios, sitios y monumentos de la ciudad y de los estados afectados por el sismo. No obstante, las afectaciones son visibles. En la capital del país basta caminar por el Centro Histórico, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad y donde se concentra un gran número de monumentos históricos, o en las calles de las colonias Roma y Condesa, para darse cuenta de las huellas que al patrimonio cultural dejó el sismo.
El Sagrario de la Catedral también sufrió daños. De su fachada se desprendieron algunos elementos arquitectónicos, la cruz que remataba una de sus puertas quedó incompleta.
A unas cuadras de ahí, el sismo provocó que las grietas en la nave de la Iglesia de la Santísima Trinidad empeoraran. El inmueble, ubicado en un desnivel en la calle Emiliano Zapata, luce ahora más fisuras en el techo, piso y paredes. Alicia Pérez Islas, una de las voluntarias en la iglesia, contó a este diario que durante el sismo algunas esculturas se desplomaron. “Ese santito de allá se acostó sobre el otro y tiene lastimado su hombro”, relató. La escultura de San Alfonso María de Ligorio fue devuelta a su sitio y sigue de pie. “Esperemos que ahora sí hagan algo porque desde antes la iglesia estaba mal y no hacen nada… a mí me duele cada piedra que se cae”, reclamó la mujer que permanece atenta a cualquier visitante al inmueble. Horas antes, Protección Civil y autoridades del INAH habían realizado la revisión del inmueble.
Cerca de ahí, la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de Loreto sufrió fisuras en su estructura; la puerta de metal de su entrada principal se separó de la pared. Tras el sismo, el inmueble de la calle de San Ildefonso fue acordonado y cerró sus puertas a los feligreses. “Ya se había cuarteado en el sismo pasado, pero ahora fue peor”, declaró la señora de un puesto en la esquina.
Rumbo al mercado de La Merced, el Templo de Jesús María también padeció algunas fisuras.
En el perímetro de Eje Central y Madero, uno edificio del Banco de México fue acordonado debido a que la fachada frente a la Torre Latinoamericana tiene desprendimientos y fragmentos de la fachada están por caerse. Su edificio vecino, el Palacio Postal, tampoco se libró, registra desprendimientos de mampostería.
El que sí tuvo daños más considerables fue el Museo Nacional de Arte, donde cayeron piezas de decoración de la fachada. Ayer al mediodía, un aviso que pedía no mover las piedras porque funcionarían como evidencia para el dictamen yacían en el piso, pero las piedras u objetos ya no estaban, sólo quedaba el polvo.
Resisten embate de la naturaleza. En las colonias Roma y Condesa, el sismo fue más condescendiente con la arquitectura histórica. Hay daños, pero son menos graves que en los recintos del Centro Histórico. Esas casona porfirianas de finales del siglo XIX o principios de siglo XX resistieron el embate de la naturaleza.
Esta vez los inmuebles centenarios en las colonias Roma y Condesa sufrieron afectaciones, pero menores: leves fracturas, pequeñas caídas de mampostería, algunos tuvieron desprendimientos en fachadas o se afecto en cierto grado su nivel o se separaron ligeramente de las construcciones vecinas.
En un recorrido por distintas calles de la zona, hay registro de pequeños daños en edificios emblemáticos como el Centro Cultural Casa Lamm, sobre la avenida Álvaro Obregón, donde se cayó parte de una pequeña barda en la azotea que ya fue retirada y que no afectó la fachada; o la llamada Casa de las Brujas, que es el edificio Río de Janeiro y donde sólo se desprendió parte de la decoración de una de las ventanas de la fachada.
En la calle de Colima 198 se vino abajo la barda de una tienda de ropa llamada Goodbye Folk, ubicada en una casona antigua junto al Salón de la Plástica Mexicana.
En la calle de Valladolid casi esquina con Puebla, una tienda de decoración de interiores, decidió abandonar el inmueble, no porque protección lo hay a pedido, sino porque temen vivir ahí otro sismo. El dueño, un español que prefirió el anonimato, dijo que les manifestaron que sólo hay una fractura en la fachada, sin embargo ellos prefirieron traer un camión y comenzar a sacar todos sus materiales, sillas y escritorios.
Dos edificios de Colima marcados con los números 226 y 228 siguen habitados, pero están cercados por una cita amarilla de peligro. A simple vista no hay daños, sin embargo los vecinos aseguran que se separaron y uno de ellos, el 226, se echó ligeramente hacia adelante. Los espacios más afectados son edificaciones de más reciente construcción.
La Secretaría de Cultura federal y el INAH iniciaron desde el pasado martes un protocolo de revisión de daños en monumentos históricos y artísticos, pero hasta el cierre de esta edición no ofreció un reporte detallado. En su página, el instituto admitió que hay afectaciones en centros de trabajo, monumentos, museos y zonas arqueológicas.
La Secretaría informó que los gobiernos locales están en salvamento de vidas humanas y que el personal del INAH recibe informes parciales por región. Señaló que en Puebla se reportan templos religiosos dañados “pero se está en el recuento y reporte de afectaciones no tan severas o daños graves como en Cholula”.
En la Ciudad de México todas las instancias culturales cancelaron actividades hasta nuevo aviso.