Ellos son los hijos e incluso los nietos del terremoto de 1985, ese del que sólo conocen imágenes, historias y textos. Hoy las redes sociales, los dispositivos móviles y las nuevas tecnologías los han organizado, concientizado y sensibilizado.
En esta nueva tragedia en la Ciudad de México, los millennials son el sistema neurálgico de la ayuda y la distribución de víveres a las personas más afectadas por el sismo de 7.1 grados del pasado 19 de septiembre.
Se trasladan en bicicletas o motonetas, algunos en automóvil, otros a pie y su labor es la de trasladar a las zonas de desastre, a los albergues, a los comedores comunitarios, a los centros comerciales, a las farmacias, los insumos básicos en medio de la nueva sacudida que sufrió la capital 32 años después.
“Unos tíos y tres primos murieron hace 32 años en su departamento de la colonia Roma. Es lo menos que puedo hacer ahora”, comenta Ximena Ávalos, de 20 años, estudiante en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.
Todos portan casco de seguridad, mochila, lentes de protección, guantes y el indispensable cubre bocas… Y sí, como una extensión de su cuerpo, su dispositivo móvil. Desde ahí se organizan, se concentran en algún punto y emprenden la labor que sus padres y abuelos les contaron en aquellas históricas horas de septiembre de 1985.
“Mira, me están mandando por unas inyecciones a una farmacia. Es para una señora que tiene fiebre en el albergue que está en el Deportivo Benito Juárez. Y de ahí voy a pasar a un centro de acopio que está en Concepción Beistegui para traer algunos víveres”, explica Camilo Ochoterena, de 17 años, quien estudia la preparatoria en el Colegio Madrid.
Diego Garay, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, narra su experiencia en el centro de acopio ubicado en Jardín Pushkin, en la colonia Roma Norte: “Se iban conformando los grupos de motociclistas de 20 o 30 personas aproximadamente. Había un líder por cada grupo y yo estaba designado a determinar el lugar al que nos teníamos que mover”.
Ellos son los millennials, quienes son catalogados por la mayoría de la población como “jóvenes con iniciativa de escritorio”. Muchachos y muchachas, dicen, “sin interés en la política y mucho menos en lo que pasa en su país”. Hoy, como hace 32 años, los jóvenes toman la ciudad. Hoy, los millennials dan una gran lección a quienes los ven de esa forma.