A partir de este martes, Lorena Ochoa quedará inmortalizada en la élite del golf.
La tapatía será la primera mujer latinoamericana en formar parte del Salón de la Fama, a sólo siete años de su retiro.
En 2010, Ochoa Reyes decidió alejarse del deporte para enfoncarse en los negocios y familia.
Durante sus siete temporadas en el máximo circuito, la tricolor dominó los mejores campos de la LPGA. Ganó 27 títulos, un par de Majors (British Open, en 2008, y ANA Inspiration, en 2009) y marcó el récord de más tiempo como número uno del ranking, con 158 semanas —del 27 de abril de 2007 al 2 de mayo de 2010—. Lorena se despidió como la mejor golfista del mundo.
Desde su niñez, Ochoa se propuso convertirse en la profesional más destacada. La calidad con la madera, la certeza del hierro y la precisión del putt le otorgaron una beca en la Universidad de Arizona, donde rápidamente se colocó entre las mejores a nivel colegial.
En tan sólo 20 torneos disputados, ganó 12.
Después de dos campañas, dejó el nivel universitario para convertirse en profesional.
El éxito llegó pronto para la mexicana. El primer título en la carrera de Lorena fue el Franklin American Mortgage Championship, en 2004, con una tarjeta de 16 golpes bajo par. Ese mismo año, conquistó un certamen más, el Wachovia Classic.
La mejor temporada de la oriunda de Guadalajara fue el 2007. Ochoa alzó ocho trofeos, entre ellos el prestigioso British Open, la corona más importante para ella y su primer Major. Además alcanzó mantenerse entre las mejores 10 en otra decena de torneos.
En ese año, la mexicana amarró el primer sitio del ranking de la LPGA y no lo soltó hasta su retiro.
Pudo mantenerse más tiempo como profesional y aumentar su legado. Sin embargo, Lorena prefirió formar una familia. Actualmente tiene tres hijos y no piensa en regresar a los campos.
Ya no hay ninguna necesidad para Ochoa de un posible retorno; hoy formará parte entre los históricos del golf. La ceremonia de la nueva Clase del Salón de la Fama se celebrará esta tarde, en Nueva York