El presidente Donald Trump levantó temporalmente restricciones a la navegación de embarcaciones extranjeras por aguas estadounidenses para ayudar a que lleguen rápido combustible y suministros a Puerto Rico, en momentos en que el territorio libre asociado intenta recuperarse del azote del huracán María.
El gobierno de Puerto Rico había pedido una exención de la Ley Jones, que limita la navegación entre puertos estadounidenses a embarcaciones de propiedad y bajo operación de Estados Unidos, para asegurar que no haya impedimento para que lleguen a la isla caribeña los suministros que tanto necesita.
El territorio de 3.4 millones de habitantes enfrenta severa escasez de agua potable, alimentos y combustible, además de falta de electricidad. María impactó el 20 de septiembre como el huracán más poderoso en azotar Puerto Rico en casi 90 años, dejando sin electricidad a toda la isla, causando inundaciones e importantísimos daños a viviendas e infraestructura.
La exención de la normativa, que estará vigente 10 días y cubrirá a todos los productos enviados a Puerto Rico, fue firmada por la secretaria interina del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, según informó la cartera en un comunicado.
La medida busca “asegurar que tengamos suficiente combustible y materias primas para respaldar los esfuerzos de salvamento, responder a la tormenta y restablecer los servicios críticos y las operaciones críticas de infraestructura”, explicó Duke.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, anunció vía Twitter que Trump había autorizado la exención a pedido del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló. El gobernador retuiteó la publicación con un “Gracias @POTUS”, en referencia a la cuenta oficial del presidente en la red social.
El gobierno estadounidense ha levantado temporalmente la Ley Jones en otras ocasiones luego del paso de potentes tormentas por su territorio, incluso recientemente tras el azote de los huracanes Harvey e Irma en Texas y Florida, a fin de agosto y comienzo de septiembre, respectivamente.
Si bien tanto la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA por su sigla en inglés) como el Ejército estadounidense intensificaron los esfuerzos de ayuda en Puerto Rico, muchos residentes se han exasperado por la prolongada falta de luz, suministro confiable de agua potable y otros víveres esenciales.
Los críticos señalan que la isla no ha estado recibiendo la misma respuesta del gobierno federal que si fuera un estado del país el afectado, aún cuando los residentes del territorio asociado son ciudadanos estadounidenses.
Con todo, Rosselló ha defendido vehementemente la respuesta de Trump: “El presidente ha sido muy diligente, ha estado hablando con nosotros prácticamente todos los días”, dijo el jueves en una entrevista con MSNBC.
“Necesitamos conductores de camiones (…) El alimento está aquí, el agua está aquí (…) Pero lo que necesitamos es equipamiento” y personas, agregó el gobernador.