La frase es muy antigua.
Se aplicaba (y aun se aplica a veces) a los periodistas quienes pocas veces escriben o aluden a las actitudes y actividades no siempre claras de sus colegas.
Perro no come perro, es la explicación ante el disimulo.
Pero hoy esa frase ser le puede aplicar a Raúl Flores, vicecoordinador del PRD en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, quien ha embestido con fuerza justiciera contra Claudia Sheinbaum, delegada en Tlalpan, como si en verdad quisiera hacer las paces con la verdad y la ley, casi como cuando puso en el banquillo al delegado en Tláhuac, Rigoberto Salgado, sin resultados hasta ahora.
Y estaría muy bien tan justo propósito, pero los desastres no sucedieron nada más en Tlalpan, ni fue el triste caso de la escuela Rébsamen el único mortal en la ciudad. Hubo otros casos en Cuauhtémoc, en Benito Juárez. Pero como ninguno de los delegados en esos lugares representa amenaza para una elección por la futuro jefatura del gobierno (ni Monreal, por ahora), Flores va en contra de Sheinbaum, a quien acusa penalmente, no así a los demás.
Y en ese intento de apantallar con su gallardía legaloide, se olvida de su colega y compañero de asamblea, el omiso señor Jorge Romero quien soltó a diestra y siniestra (más a la primera), permisos de construcción y salvedades a los reglamentos cuando fue delegado en Benito Juárez.
Pero como ambos son asambleístas y de alguna manera cómplices en muchos arreglos internos, pues retira del menú la carne canina. Perito amarillo no come perrito azul.
Veamos:
“El vicecoordinador del PRD en la ALDF y presidente del Sol Azteca en la Ciudad de México, Raúl Flores, denunció ante la PGJDF a la delegada de Morena en Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo; al actual Director General Jurídico y de Gobierno de dicha demarcación, Fernando Hernández Palacios; a Manuel Santiago Quijano, Director General de Obras de Tlalpan; a la dueña del colegio Enrique Rébsamen, Mónica García Villegas; y a quien o quienes resulten responsables por hechos que pueden ser constitutivos de delitos relacionados con la negligencia y omisión que derivó en el colapso del colegio a causa del terremoto del 19 de septiembre pasado, en el que desafortunadamente murieron 19 menores de edad y 5 adultos, alumnos y profesores del plantel.
“Como parte de la querella presentada, el diputado local pidió investigar los posibles actos de corrupción que pudieron haber cometido los funcionarios antes citados, así como la dueña del plantel escolar, que ocasionaron el derrumbe de la escuela en cuestión, ya que de acuerdo a documentos que son del dominio público, dicho plantel no contaba con el uso de suelo para operar como tal y usaba documentación apócrifa que permitió la construcción y apertura como establecimiento mercantil con giro de escuela, cuando el uso de suelo de la colonia donde se estableció como tal es meramente habitacional.
“Ante medios de comunicación, el también secretario de la Comisión de Desarrollo e infraestructura de la ALDF señaló que Claudia Sheinbaum no supo responder a la emergencia derivada del sismo que provocó la muerte de varios alumnos y personal de la escuela Enrique Rébsamen, pero también en otros centros educativos como el Tecnológico de Monterrey, por lo que pidió esclarecer su responsabilidad y la de miembros de su gabinete en dichos hechos, ya que la delegada se ha dedicado a repartir culpas sobre las implicaciones que pudieron haber tenido integrantes de pasadas administraciones en Tlalpan, pero ha olvidado su responsabilidad como titular de la demarcación al permitir la operación del Colegio a pesar de las muchas irregularidades detectadas por personal a su cargo.
“Lo que no ha dicho Sheinbaum es que ella tenía una responsabilidad que cumplir desde que entró en funciones el 1 de octubre del 2015, fecha en la que dijo que iba a acabar con la corrupción, pero lejos de eso vemos que ha cometido una serie de omisiones que impactan a su administración, pues conocían la invalidez del uso del suelo que había presentado la dueña del Rébsamen, sabía que el dictamen de seguridad estructural estaba vencido y sabiéndolo dio el visto bueno al dictamen de seguridad y operación, y sabía que el colegio no estaba subsanando el programa interno de protección civil. ¿La pregunta es por qué dejó que este lugar siguiera operando cuando tenía las facultades para suspender la operación del plantel? Mucho más cuando declaró que sí sabía de esas irregularidades”.
–¿Y Benito Juárez?