El primer consejo que me dieron antes de llegar a China fue descarga WeChat. La indicación cobró sentido cuando comencé a hacer en esa red social lo mismo que usualmente hacía en México con todas las apps que tenía en mi teléfono (pedir taxis o comida, hacer transferencias bancarias, postear en un “muro” o ver contenido).
Pero este consejo no es sólo para las personas, también es para las empresas. Las compañías que están en la plataforma pueden tener todo lo necesario para impulsar su negocio en esta app, omnipresente en China.
WeChat, con 963 millones usuarios activos al mes, ha vivido un proceso evolutivo. Inició como una red de mensajería instantánea, hace cinco años agregó una cartera digital para cobros y pagos, llamada WeChat Pay, y actualmente es un ecosistema de negocio para miniprogramas (apps nativas de WeChat) y web apps que empresas y más de 200 mil desarrolladores explotan.
Una web app es software que se puede insertar en las cuentas de los usuarios de WeChat para darles funcionalidades adicionales. De esta manera, los emprendedores pueden abrir una cuenta oficial en WeChat, la cual les cuesta 300 yuanes al año, y hacer que ésta trabaje como una miniempresa.
“No tienes que desarrollar canales de interacción con el cliente o de pagos porque ya existen, solamente te enfocas en tu producto”, dijo en entrevista con El Financiero el director de Chinaccelerator, una de las aceleradoras de firmas líderes chinas.
EL UBER DE LOS MAESTROS
Yoli es una compañía que llegó a WeChat hace meses. Con una web app convirtieron una cuenta oficial WeChat en un salón de clases digital con un modelo de negocio ‘uberizado’: cátedras bajo demanda 24/7 que conectan a profesores y alumnos.
Cuando eres maestro y recibes una alerta “te enlazas a la clase con el estudiante, tomas un estudiante como un conductor de Uber tomaría un pasajero, conectas con un estudiante en una sesión y estás en un chat (la clase se lleva a cabo por notas de voz). Cada sesión que dura 15 minutos”, dijo Luke Priddy, cofundador de Yoli.
Los profesores sólo necesitan su celular para dar clases y no tienen que preparar material; el software de Yoli permite que, de acuerdo con las especificaciones del alumno, el maestro obtenga contenido didáctico prediseñado presionando una pestaña.
Las clases tienen un costo que va de los 40 a los 50 yuanes (110 a 140 pesos) –monto que se paga por WeChat Pay–, de esta cantidad los profesores se quedan con una parte. Hasta hace dos meses la plataforma contaba con más de 400 maestros y habían realizado más de 20 mil clases.
Suena a que sería difícil llevar una clase por notas de voz, pero no lo es. Tomé una clase de mandarín hace unas semanas y en 15 minutos aprendí a presentarme y pedir indicaciones para moverme. Al finalizar la clase recibí un pdf con retroalimentación del profesor y una calificación; después el maestro me pidió autorización para agregarme a WeChat y a un grupo de estudiantes en donde se pueden resolver dudas.
EL FACTOR ECONÓMICO
Además de las ventajas de ya tener listos los medios de pago y de interacción, también implica ahorros importantes en desarrollo, asegura Jing Yuan.
“Para una web app o un miniprograma el costo de desarrollo es significativamente más barato (que una app nativa en iOS o Android)”, dijo Yuan, emprendedor con una web app para WeChat.
De acuerdo con el empresario, en China, para desarrollar un producto mínimo viable para el sistema operativo iOS, la inversión es de unos 200 mil dólares.
Para Android, en donde tienes que considerar diferentes marcas y tamaños de pantalla, son unos 300 mil dólares. Yuan calcula que el desarrollo de las web apps es de 150 mil.
“(La web app) puedes actualizarla cuando tú quieras, puedes hacer cambios muy pequeños y después cargar esos pequeños cambios, no tienes que hacer diferentes versiones, y de hecho es tamaño único para todo.
“No tienes que tener un equipo de iOS, no tienes que tener un equipo de Android, sólo necesitas un equipo y con ése puedes completar todo”, dijo Yuan.
El emprendedor es fundador y CEO de WeFlex, una compañía con sede en Shanghái con una web app que tiene como clientes a gimnasios de box, yoga, aerobics y de entrenamiento privado.
Su software hace que las cuentas oficiales de los gimnasios funcionen como un administrador en donde el cliente puede comprar clases, hacer solicitudes y comentarios, ver estados de cuenta u obtener detalles de su entrenamiento.
Hasta la fecha, Yuan y su equipo han obtenido 1.5 millones de dólares de capital en cuatro rondas de inversión. Desde marzo, cuando comenzaron a realizar ventas, han tenido ingresos por 400 mil dólares, principalmente de las suscripciones que cobran.