Miles de catalanes partidarios de que su región permanezca en España festejaron este jueves el Día de la Hispanidad, la fiesta nacional del país, marchando por Barcelona con banderas españolas y catalanas y coreando “soy español”, en medio de una de las peores crisis políticas de las últimas décadas debido al desafío independentista de Cataluña.
Mientras tanto, en Madrid, efectivos militares y policiales desfilaron frente al rey Felipe VI, acompañado de políticos nacionales y regionales. Miles de personas ocuparon las aceras del madrileño Paseo de la Castellana para observar el desfile y ondear banderas españolas.
En Barcelona, la capital catalana, miles de personas -algunas con el rostro pintado con los colores rojo y amarillo de las banderas nacional y catalana- marcharon a una plaza céntrica al grito de “Viva España”.
“Ahora sentimos que los años de amenazas de los separatistas se han convertido en un intento por normalizar la división social”, dijo Juan José Garde, un funcionario jubilado de 63 años que se unió por primera vez a una marcha por la fiesta nacional después de años de preferir irse de vacaciones con su familia a la playa.
La consigna de la marcha era “Cataluña sí, España también”, significando el apoyo a la autonomía de la región, pero dentro del país.
Dos pequeños grupos se enfrentaron mientras ocurría la manifestación, arrojando sillas desde la terraza de una cafetería unos contra otros antes de que la policía local los separara. No quedó claro por el momento qué desencadenó la violencia o quién estuvo involucrado, pero la principal marcha -liderada por grupos de la sociedad civil que se oponen a los esfuerzos separatistas en Cataluña- continuó sin interrupción.
Una protesta separada de unos 200 seguidores de grupos de extrema derecha y nacionalistas españoles finalizó en el cerro Montjuic de Barcelona con discursos y la quema de una “estelada”, la bandera no oficial de Cataluña que se ha convertido en un símbolo para los separatistas catalanes.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, anunció el martes que emplearía la victoria del “sí” en el cuestionado referéndum secesionista del 1 de octubre -declarado ilegal por las autoridades españolas- para seguir adelante con ladeclaración de independencia de Cataluña, pero inmediatamente suspendió el proceso durante unas semanas para permitir el diálogo y la mediación con el gobierno central en Madrid.
Durante una comparecencia en el Congreso el miércoles, el presidente Mariano Rajoy pidió a Puigdemont que aclare si declaró la independencia o no. Añadió que la respuesta de Puigdemont al ultimátum del Palacio de la Moncloa será crucial para decidir los “acontecimientos en los próximos días”. Rajoy insinuó que España podría tomar el control total o parcial de Cataluña bajo un artículo de la Constitución española.
En un tuit publicado más tarde, Puigdemont dijo: “Pedimos diálogo y la respuesta es poner el Artículo 155 sobre la mesa. Mensaje entendido”.
El feriado del jueves, el Día de la Hispanidad, conmemora la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo. Las Fuerzas Armadas celebran además su día.