90% de la heroína viene del sur, por eso haremos un muro: Trump

El presidente Donald Trump declaró que la crisis de opioides de Estados Unidos es una emergencia de salud pública, en un intento por redirigir recursos federales y flexibilizar regulaciones para combatir su extendido abuso.

El mandatario calificó la situación como “una vergüenza nacional” y una “tragedia humana”. “Vamos a superar la adicción en Estados Unidos”, sostuvo.

Además, prometió luchar contra el flagelo de los opiáceos en muchos frentes, incluso en la frontera con México. “Un asombroso 90 por ciento de la heroína en Estados Unidos proviene del sur de la frontera donde construiremos un muro, lo que será de gran ayuda en este problema”, dijo Trump.

Funcionarios sostienen que la decisión ayudaría a combatir el abuso de analgésicos recetados, fentanilo y heroína, al expandir el acceso a tratamiento y elevar el personal del Departamento de Salud y Servicios Humanos para ayudar a los estados a abordar la epidemia, entre otros cambios.

La medida se da en respuesta a una epidemia que ha empeorado en los últimos años y que es especialmente patente en zonas rurales pero que no cuenta con la declaración de emergencia nacional para liberar fondos adicionales.

“La declaración (…) reorientará todos los recursos del Ejecutivo y del Gobierno que se enfoquen en proveer alivio a esta necesidad urgente”, dijo un funcionario a periodistas en una conferencia telefónica antes del discurso de Trump.

Estados Unidos está batallando contra un fuerte incremento de muertes relacionadas al uso de opioides, que en el 2015 llegaron a 33 mil, el mayor nivel desde que se tienen registros, de acuerdo a datos federales.

Los opioides, mayormente analgésicos recetados, heroína y fentanilo -un fármaco 50 a 100 veces más poderoso que la morfina- están apareciendo cada vez más en los casos de sobredosis. Alrededor de 100 estadounidenses mueren cada día por sobredosis relacionadas, según datos oficiales.

Durante su campaña electoral, Trump prometió dar prioridad a esa crisis, especialmente en actos políticos en áreas más afectadas por la adicción a opioides.

Como mandatario, nombró una comisión para estudiar el problema, presidida por el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.

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