El asesinato del expresidente de Estados Unidos, John F. Kenndy, no sólo movilizó a las principales agencias de seguridad estadounidenses hacia nuestro país. Según cables desclasificados, entre 1962 y 1964, en México se montó una base de operaciones anticomunistas con prominentes actores latinoamericanos de la izquierda.
El expediente dado a conocer la tarde del jueves por la administración de Donald Trump, confirma la dupla que conformó Viola June Cobb, quien fungía agregada de la embajada cubana en México, así como del intelectual Luis Carlos Pellecer, quien años más tarde se convertiría embajador de Guatemala en nuestro país.
También, el trabajo del guerrillero Gilberto Alvarado, con la Sección Anticomunista nicaragüense.
Un cable de la CIA fechado el 6 de mayo de 1964, pocos meses después del magnicidio en Dallas, Texas, y dirigido a de la base de espionaje en México, lo confirma:
HDQS acciones fallidas y problemas
Más adelante añade: Siento que esto podría ser la solución más fácil del problema, ya que ninguno de los agentes se vería obligado a elegir entre otro o KUBARK [CIA].
Las acciones de estos dos personajes, enfocados al establecimiento de contacto con importantes figuras de la intelectualidad mexicana, entre ellos, el círculo cercano a la escritora Elena Garro, y el reclutamiento de desertores de la guerrilla guatemalteca y nicaragüense, advierte el doble papel que jugó el Gobierno mexicano en el contexto de la guerra fría.
Por una parte, el gobierno encabezado por Adolfo López Mateos, se negó a cerrar las relaciones diplomáticas con la revolución cubana, y por la otra, permitió que bases de la CIA espiaran a jóvenes simpatizantes del régimen de Castro y el mundo socialista.
Las pistas que condujeron a Lee Harvey Oswald, como el radical asesino de Kennedy, confirman que previo a las labores de inteligencia en Estados Unidos, en México, la CIA y el FBI, llevaban varios años infiltrando varios sectores de la izquierda radical latinoamericana.
June Cobb, incluso fungió como traductora oficial de Fidel Castro al inglés, siendo espía de la CIA bajo la clave AMUPAS-1. Aquí en México, se estableció como agregada de la embajada cubana, bajo el seudónimo de Licooky 1, y se le asignó la tarea de vigilar el círculo cercano a Elena Garro, gracias al cual pudieron seguir las pistas de Oswald.
Pellecer en el régimen de Jacobo Arbenz Guzmán fungió como un prominente intelectual de izquierdas. En el mismo papel, aunque en tareas distintas, aparece Gilberto Alvarado.
Tras el reclutamiento de Franklin Anthony Wheelock García, a quien se identificó como “capitán nacional, jefe de la sección anticomunista” en dicho país, la CIA notificó al combatiente de las Fuerzas de Liberación Nacional, Gilberto Alvarado, con quien debería de coordinarse para tareas futuras.
En 1963, el FLN envió a Alvarado a México para obtener la entrada a Cuba, donde se esperaba que fuera entrenado en sabotaje.
El 25 de noviembre de 1963, Alvarado contactó con la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México y dijo que tenía información importante sobre Lee Harvey Oswald, quien recientemente había sido arrestado y acusado de asesinar a Kennedy.