La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los republicanos, dio este jueves un importante paso para la primera reforma fiscal en el país en una década al aprobar un paquete integral de recortes de impuestos para empresas e individuos.
La votación 227 a 205 traslada el debate fiscal al Senado, donde no se espera ninguna acción decisiva hasta después de las vacaciones de Acción de Gracias de la próxima semana.
Este voto representa un hito clave en el proyecto de Donald Trump para recortar los impuestos a empresas e individuos, aunque persisten los desafíos para que los planes fiscales de largo plazo del Partido Republicano cambien radicalmente aspectos de la economía de Estados Unidos.
El proyecto de ley de la Cámara de Representantes, que se cree que ampliará el déficit federal en casi 1.4 billones de dólares en 10 años, reduciría las bandas impositivas de siete a cuatro y bajaría la tasa del impuesto a las empresas del 35 al 20 por ciento.
“Estamos en un momento definitorio para nuestro país”, dijo el presidente de la Cámara, Paul Ryan, antes de la votación. “Lo que estamos haciendo aquí no es solo determinar el tipo de código tributario que vamos a tener, lo que estamos haciendo es determinar el tipo de país que vamos a tener”.
Hasta el momento, los republicanos y Trump no han tenido grandes victorias legislativas, pese a que controlan la Casa Blanca y el Congreso.
En el Senado, los líderes republicanos enfrentarán obstáculos más difíciles, tanto políticos como fiscales.
Los republicanos solo controlan 52 de los 100 escaños de la Cámara Alta y deben desarrollar una legislación que cumpla con restricciones fiscales mucho más estrictas.
Los demócratas en la Cámara de Representantes y en el Senado han criticado ambos planes tributarios como una concesión a los ricos y a las corporaciones estadounidenses, apuntando a análisis que muestran que millones de estadounidenses podrían sufrir un alza en sus impuestos debido a la eliminación de populares exenciones.
Los planes tributarios del Senado y de la Cámara de Representantes tendrán que ser fusionados en algún momento en un documento final que pueda ser aprobado por ambas cámaras antes de que Trump lo reciba para su promulgación.