Elon Musk lanzó una sorpresa al estilo Steve Jobs –cuando este decía “una cosa más”– al presentar el modelo Semi de Tesla: hizo rodar un nuevo coche deportivo, el Roadster, desde el interior de un gran camión con acoplado sobre el escenario.
El Semi, un camión con acoplado que comenzará a producirse en 2019, tendrá una autonomía de 800 kilómetros, una batería y motores que durarán 1.6 millones de kilómetros y costos operativos totales inferiores a los de los modelos diésel, dijo el máximo ejecutivo de Tesla. El Roadster, que estará disponible un año después, será el coche producido en masa más rápido de la historia, agregó.
“La idea con esto es darles una paliza brutal a los coches a gasolina”, le dijo Musk a la multitud reunida en el estudio de diseño de Tesla cerca de Los Ángeles, mientras promocionaba el tiempo de aceleración de 0 a 96 kilómetros por hora de 1.9 segundos, y la autonomía (992 kilómetros) del Roadster. “Manejar un coche deportivo a gasolina se sentirá como agarrar un motor a vapor con una porción de quiche”.
Para Musk, era fundamental impresionar a los asistentes a la presentación del Semi. Tesla arrancó a los tumbos con el sedán Model 3, el primer coche que intentará producir en masa y vender a clientes más tradicionales. Como la producción está limitada por cuellos de botella en la fabricación de baterías, el máximo ejecutivo y vendedor estrella buscaba regenerar las expectativas sobre futuros productos capaces de aportar más ingresos.
“El talento de Elon para el espectáculo sigue intacto, pese a que sus clientes están perdiendo la paciencia con la entrega del Model 3”, escribió por e-mail Karl Brauer, editor ejecutivo de Kelley Blue Book y Autotrader. “Las especificaciones del nuevo camión con acoplado y el coche deportivo ubicarían a ambos vehículos en el primer lugar de sus segmentos, suponiendo que se puedan producir y vender como parte de un plan de negocios sustentable. Hasta ahora, ese último elemento viene resultándole esquivo a Tesla”.
Electrificación
El camión es vital para la misión de Musk de electrificar las principales formas de “transporte terrícola”. Aunque los coches de pasajeros a baterías generen mucho más murmullo, electrificar camiones de gran tamaño haría una gran diferencia para descontaminar el sector de transporte.
El mercado al que apunta Tesla con el Semi son los operadores de flotas y los dueños independientes. La empresa será su propio primer cliente: usará el camión para transportar partes de su gigafábrica de baterías en Nevada a su planta de ensamblaje de coches en California.
Tesla no es la única que trata de electrificar los camiones con acoplado. Daimler, el fabricante de Mercedes-Benz, mostró varios prototipos a batería este año. Paccar está trabajando en modelos eléctricos, híbridos, con celdas de combustible de hidrógeno y gas natural, dijo en abril su máximo ejecutivo, Ron Armstrong, aunque también advirtió que pasarán unos 10 años hasta que los camiones eléctricos representen una amenaza creíble.
“El de los fabricantes de camiones consolidados es un mercado muy competitivo”, escribió el jueves en un informe James Albertine, analista de Consumer Edge Research. Aunque hay muchos, si bien no todos, trabajando en sus propios camiones eléctricos, la ventaja competitiva de Tesla reside en su capacidad de fabricar baterías y software autónomo, añadió.