Pamela Anderson volvióa aparecer en la televisión española. La actriz que ha batido récords en cuanto a portadas de Playboy se refiere se sentaba en el “chester” de Risto Mejide mientras en Hollywood ha explotado una auténtica oleada de polémicas después de que se hicieran públicos los abusos de Harvey Weinsteins.
“Hollywood está lleno de Harvey Weinsteins. Muchísimos. Como cualquier mujer sabe, todos los sectores los tienen”, confesaba el mito erótico al respecto, que aseguraba que la carrera de cualquier actriz está sexualizada: “Todo el tiempo te dicen que subas a la habitación de alguien. Hay que ser lista y saber esquivar” y hablando de su propia experiencia reconocía:
“Me ha ocurrido muchas veces. Te dice la gente: ‘Te estoy considerando para este papel en esta película. ¿Por qué no vienes a mi hotel y hacemos una entrevista privada?’ Pues no vas, simplemente no vas. A mí me han ofrecido muchísimo dinero para… compartir jacuzzi con alguien y ese tipo de cosas. Al principio era muy ingenua, pero al final conseguí simplemente eludir todas estas trampas y si algo no me parecía que fuese a salir bien, no lo hacía y ya está”, comentaba tajante, culpabilizando a las ganas de triunfar de los hechos sucedidos:
“Pero la gente está muy desesperada por conseguir un trabajo en Hollywood o hacerse famosa y piensan que es la única manera de hacerlo. Creo que parte de la razón por la que todavía sigo aquí es porque me he hecho respetar por la gente de la industria”.
Sin embargo, Pamela iba un paso más allá y confesaba su propia experiencia con el productor de la discordia, Harvey Weinstein:
“No es una persona muy guapa que digamos. Teníamos apalabrada una película de superhéroes o algo así. Yo hacía de la chica invisible, con un perro invisible y yo dije que no trabajaría con animales, porque también hay abusos y explotación sobre ellos. No quise. Le dije: ‘Como es un perro invisible, ponemos una cruz en el suelo y listo, pero que no haya un animal de verdad en el set’. Él dijo: ‘De ninguna manera’. Al final no acepté el papel, y me amenazó: ‘Nunca vas a trabajar en Hollywood. Tienes suerte siquiera de que te haya dirigido la palabra. Nunca vas a hacer nada’. Fue súper cruel y muy grosero”.
Pamela también le confesaba a Risto qué se siente al ser la mujer con más portadas Playboy de la historia:
“Salir en la portada del Playboy está muy bien, es halagador, pero no es como si ganaras el Nobel de la Paz”, confesaba, recordando su relación con el fundador, Hugh Hefner del que confesaba que era un “hombre encantador”. En cuanto a sus famosas fiestas apuntaba a Risto: “eran todo lo que puedas imaginar (*) Al final todo el mundo acababa desnudo y bañándose en la piscina” y reconocía: “Me encanta Playboy. Además, a mí me han enseñado muchas cosas, fue como mi universidad ir a Playboy porque conocí a muchísimos artistas, hablé con muchísimos fotógrafos y conocí a mucha gente muy interesante”.
Pero cuando Risto le preguntaba por la cirugía el ambiente se tensaba y Pamela se negaba a contestar, asegurando que eran asuntos personales y no era muy femenino hablar de este tema, negándose a las repetidas preguntas del entrevistador y concluía: “Cada uno que haga lo que quiera. Yo no estoy ni a favor ni en contra, que cada uno haga lo que le parezca”, sin aclarar su cambio de rostro.
Pamela se vio por primera vez cara a cara con su doble oficial en España, quien le confesaba, ante el asombro de la actriz, un romance con su exmarido Tommy Lee: “Se vino de gira a Europa con Mötley Crüe y me invitó a ir con ellos. Es como un niño pequeño. Es muy divertido”.
En cuanto a su sorprendente relación con Julian Assange apuntaba: “Hablamos de cuestiones de alcance mundial. Todo el tiempo. Suelo pasar tres o cuatro horas con él, tomo muchas notas y tiene una perspectiva muy interesante de las cosas. El haber estado encerrado durante cinco años en esta habitación pequeñita y tener todavía ese ánimo, ese espíritu. Es muy simpático, muy humano. Suele estar hecho un asco con el pelo despeinado y vaquero” y confesaba: “Estados Unidos tiene muchos esqueletos en el armario y él no se está inventando nada, sólo lo está sacando. Es rebelde y es lo que me gusta. Es muy difícil conocer la verdad y por eso hablo con Julian”.
Y metidos en política Pamela se atrevía a hablar de la polémica catalana: “No sé si estoy a favor de la independencia o no. Estoy a favor de que la gente pueda decidir. Parece que hay muchas Españas dentro de España. Desde fuera, el mundo lo está mirando muy de cerca, está muy pendiente”.