La Unión Europea y Gran Bretaña concluyeron una ronda diplomática de alto nivel sin haber alcanzado ningún acuerdo en los términos de su divorcio. Sin embargo, dijeron que están a poca distancia de alcanzar un acuerdo que permita ampliar las negociaciones sobre el tema de su relación en el futuro.
En un día que transcurrió entre la esperanza y la decepción, los líderes no lograron alcanzar lo que la UE considera un “progreso suficiente” sobre los temas del Brexit: la cuota de salida, los derechos de los ciudadanos que se encuentran en sus respectivos territorios y garantías de una frontera transparente en la isla de Irlanda.
Los líderes de la UE quieren un acuerdo en estos temas para cuando sea la cumbre del 14 y 15 de diciembre, donde decidirán si las negociaciones avanzan a la siguiente ronda de discusiones en temas como el comercio. La falta de avances hasta ahora ha generado dudas de si Gran Bretaña tendrá zanjados los temas clave para cuando se retire oficialmente de la UE el 29 de marzo de 2019.
“A pesar de nuestros mejores esfuerzos y el importante proceso que nosotros y nuestros equipos han hecho en los días pasados sobre los temas pendientes de la salida, no fue posible lograr un acuerdo“, dijo el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker.
“Esto no es un fracaso”, agregó Juncker después de tener un almuerzo oficial con la primera ministra Theresa May, quien a su vez se dijo “confiada en que concluiremos esto positivamente”.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo anteriormente que estaba “animado” por el avance de último minuto en los esfuerzos para superar la falta de avances, en especial en el difícil tema de la frontera irlandesa, donde se busca que Irlanda del Norte siga abierta al comercio. La UE y Gran Bretaña prometen mantener reglas comerciales compatibles.
Londres ha dicho que no habrá “frontera dura” con Irlanda una vez que Gran Bretaña se salga de la UE, del mercado común europeo y la unión aduanera, un bloque comercial más laxo que incluye a países que no forman parte de la Unión Europea, como Turquía. Irlanda y otros países de la UE insisten en que Gran Bretaña detalle cómo se evitarán las aduanas y otros obstáculos fronterizos cuando entre en vigor el Brexit.