El país cuenta con una amplia tradición en el desarrollo de cohetesque, desafortunadamente, no ha tenido la continuidad necesaria para su consolidación por diversos factores socioeconómicos que también han sido el motivo de la discontinuidad entre los intentos de generación de programas espaciales nacionales en el pasado.
De acuerdo con el Plan Nacional de Actividades Espaciales, en México se tiene considerado el desarrollo de lanzaderas espaciales, cuyo ejemplo más representativo son los cohetes. A pesar de las dificultades que esto ha llegado a implicar, ha habido quienes no han desistido en la tarea de brindar soberanía tecnológica para lanzamientos en nuestro país.
Entre estos actores nacionales se encuentra Rocketmaster, la división aeroespacial de la empresa Bid360, que se encarga del diseño, validación y construcción de cohetes didácticos y cohetes sonda. “Hay varios talentos en cohetes y en electrónica en diversas instituciones. Esta es iniciativa privada, pero es requerida al igual que el gobierno y el sector educativo”, comentó Jonathan R. Castillo, ingeniero aeronáutico por el Instituto Politécnico Nacional.
Con experiencia de la NASA
Castillo es quien lidera este esfuerzo, gracias a una estancia que realizó en el complejo Ames Research Center de la NASA, en donde aprendió los fundamentos necesarios para el desarrollo de cohetes. Entre los retos a los que se ha enfrentado, destaca la caracterización de sus dispositivos.
“A pesar de ser cohetes sencillos, conllevan un trabajo muy arduo de ingeniería, más que nada en la aerodinámica, para que el cohete no fuera como un buscapiés, que tuviera esa estabilidad que estamos buscando”, explicó el ingeniero Castillo a la Agencia Informativa Conacyt.
“En la propulsión tenemos compañeros de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas del IPN (ESIQIE-IPN), que nos han asesorado y nos ayudaron a caracterizar un combustible que fuera capaz de producir el empuje del cohete didáctico”, explicó sobre el esfuerzo realizado en Rocketmaster, trabajo multidisciplinario realizado por graduados y estudiantes politécnicos.
Entre los resultados que han alcanzado se encuentran cohetes didácticos que alcanzan una altura máxima de 500 metros. Para los cohetes tipo sonda también han tenido investigaciones y desarrollos, cuya meta es aplicarlos a simulaciones de misiones espaciales con cansat.
En cuanto a su matriz, Bid360 es una empresa de índole aeroespacial que se dedica a la simulación aerodinámica de automóviles y aeronaves, tecnología de drones y servicios de simulación en túneles de viento, ventajas que a Rocketmaster al asociarse con Bid360 le permitió caracterizar los cohetes.
Proyecto Rocketmaster
“La aerodinámica es muy importante en un cohete. Antes de volarlos los metemos en el túnel de viento y obtuvimos su centro de presión, el cual es necesario ubicarlo para conocer los parámetros de estabilidad del cohete”, explicó el líder del equipo.
“En cuanto a la seguridad y normatividades, nos estamos guiando por la norma de cohetería amateur de la Asociación Nacional de Cohetería (NAR, por sus siglas en inglés), que es de la Federal Aviation Administration (FAA) de los Estados Unidos, entre los que se incluyen ciertas distancias en campos abiertos para realizar los lanzamientos”, explicó.
El proyecto Rocketmaster, que también tiene una componente educativa, busca aliviar la inquietud de los jóvenes de construir y lanzar su propio cohete, a la vez de introducirlos a áreas más complejas y riesgosas a través de la información de las instituciones en las que pueden adquirir los conocimientos profesionales necesarios para incursionar sin poner en riesgo su integridad personal ni la de quienes les rodeen.
México es un país en el que la regulación de desarrollos en coheteríaaún es incipiente, pero este no ha sido impedimento para que muchos emprendedores pongan manos a la obra bajo estándares de seguridad que garanticen el éxito de sus proyectos sin perjuicios a sí mismos ni a terceros.
Rocketmaster también ofrece cursos donde imparten teoría y práctica en cohetería, donde se busca que un público con conocimientos hasta nivel preparatoria aprenda los fundamentos teóricos de esta disciplina aeroespacial y también aprendan lo necesario para desarrollar los elementos de un cohete y lo puedan lanzar de manera segura.
Aún hay muchos huecos regulatorios para la generación de cohetería en México, pero un buen inicio es la existencia de la AEM, que en sus lineamientos contempla el impulsar y gestionar la generación de este tipo de tecnología.