Georgina Ballesteros
Vecinos de la calle Lardizábal, casi esquina con la Avenida Juárez, en la capital de Tlaxcala, despertaron sorprendidos la mañana de este miércoles, cuando autoridades judiciales se presentaron a ejecutar una orden judicial en contra de la propietaria del Salón de Belleza Carmela, quien al parecer después de poco más de tres décadas, según versiones de los ciudadanos colindantes con el citado comercio, fue desalojada de sus instalaciones.
Apoyados de elementos de seguridad pública y personal del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), quienes dieron garantía de llevar a cabo el desalojo que por ley estaba notificado, el personal de dicho comercio tuvo que sacar sus cosas y ser puestas sobre una camioneta de carga para dar cumplimiento a la ley.
Luego de que tanto el abogado de los propietarios como la Juez María Esther Juanita Munguía Herrera, quien dictó la sentencia y testificó que se cumplimentara la orden de desalojo, alegaran en todo momento “información reservada”, los vecinos de la propietaria expulsada de su local consideraron que todo era producto de los pleitos provocados por una mala herencia.
La Parte judicial refiere que el desalojo se debió por una deuda económica que abarca al inmueble ubicado en dicha calle, sin embargo el monto se mantiene bajo reserva.
Según los testigos, que en todo momento se mostraron solidarios con Ricarda N., supuesta propietaria del salón de belleza desalojado, los hechos se originaron a raíz de la muerte del Notario Macías, ya que comenzaron los pleitos por querer recuperar la propiedad que al parecer perteneció originalmente a la familia Espinosa de los Monteros.
De acuerdo a estas mismas versiones, precisamente por sus más de tres décadas al frente de este negocio, los actuales dueños iniciaron un juicio para recuperar la propiedad, por lo que este día, aproximadamente a las 9:30 de la mañana los propietarios, respaldados por elementos de seguridad y personas contratadas para hacer la mudanza, con la orden judicial en la mano abrieron a la fuerza del tradicional salón de belleza y comenzaron a cargar las camionetas que fueron contratadas para trasladar los añejos muebles.
Fue nuevamente la solidaridad de los vecinos lo que impidió que los muebles echados fueran puestos a resguardos de la autoridad, ya que la intervención de los colindantes provocó que por unos momentos se detuviera el desalojo en tanto no llegaba la propietaria, quien al parecer no fue anunciada de la sentencia final que ordenaba echar del lugar a los actuales ocupantes.
De esta manera, las sillas, secadoras, tinas, pinturas y dibujos que al parecer eran de la propietaria y tenían cierto valor artístico, fueron alojados en una casa vecina, en tanto se busca la nueva ubicación para la afectada.
Por su parte, la juez, al ser cuestionada si no estaban siendo violentados los derechos humanos de la persona desalojada, señaló que en todo momento se dio seguimiento a los debidos procesos e incluso el día de hoy se citó a un representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos para que observara y testificará el respeto de las garantías individuales hacia la persona desalojada.
Sin embargo, pese a que se solicitó la presencia de la Comisión de Derechos Humanos (CEDH) está no se presentó a la hora citada (8:30 am) en ciudad Judicial por lo que después de haber sido esperados para proceder al desalojo y ante su ausencia, la sentencia tuvo que haber sido cumplida y llevada a cabo.