Rubén Hernández
En menos de 20 minutos, el sujeto había intervenido el Facebook y el WhatsApp de la novia de su cliente; le dio las nuevas claves y le dejó expuestas sus conversaciones, lista de amigos, fotografías, videos y su historial de mensajes de poco más de tres meses, todo ello por menos de mil pesos.
El hackeo de cuentas de redes sociales, no solo es cuestión de famosos, o de noticias que estén alejadas de nuestra realidad, ya que en Tlaxcala los ciberdelincuentes también hacen de las suyas.
A pesar de que existen cientos de anuncios falsos de supuestos programas que prometen revelar las claves de Facebook, Twitter, WhatsApp y correos electrónicos en Tlaxcala esto es un hecho, y los ciberdelincuentes son utilizados incluso por la clase política y sus amigos para vulnerar sistemas informativos y redes sociales de sus conocidos, incluso de sus familiares cercanos.
La historia mencionada al inicio sucedió a fines de año en uno de los municipios del centro del estado, donde un empresario restaurantero solicitó el servicio de un phereakers, -término que es utilizado para referirse a un ciberdelincuente experto en tecnología telefónica- el cual le fue recomendado por un diputado local, para espiar las conversaciones de su esposa.
La cita fue en un bar donde a este ciberdelincuente le bastaron menos de 20 minutos para acceder a las redes sociales de la esposa del empresario.
“Es común que luego de unos alcoholes presuma de la amistad con una persona que hace ese tipo de cosas; en una plática escuché como le dijo a mi amigo que él conocía a alguien que le podía hackear el face de su esposa, que no cobraba mucho por la amistad que tenía con él”, así narró un testigo presencial de los hechos el cual refirió que posteriormente se hizo la cita y a los cuatro días apareció el ciberdelincuente para hacer su labor.
“Llegó un tipo que se sentó en la esquina del bar, alguien de personalidad extraña, yo vi que platicó con Hugo mi amigo; después, solo vi la habilidad que tenía el sujeto para utilizar el celular, escribía con mucha rapidez, posterior a eso le enseñó algo en su celular y Hugo se sorprendió, luego le pagó, le dio mil pesos, y otro dinero más por el favor, después mi amigo al calor de las copas dijo, mi novia me engaña, ya sabía todo de ella”.
Este acontecimiento ocurrió en un bar ubicado en Apizaco; lo interesante y poco ético fue que el diputado señaló que recientemente conoció al ciberdelincuente y ya “le ha realizado diversos servicios”.
Un artículo de la revista PC World, destaca que un selecto grupo internacional de hackers, crackers y phereakers, se reunieron recientemente en el país, entre ellos tres mexicanos, dos hombres y una mujer y los cuales se encuentran situados en diversos estados de la República. PC World refiere que en aquella ocasión actualizaron sus conocimientos y presentaron la venta de sus programas de hackeo a redes sociales.
Estos ciberdelincuentes, dice el artículo es gente con elevados conocimientos de computación, expertos en programación, redes, criptografía de datos, y con un buen manejo de todos los sistemas operativos, conocimientos que les permiten robar contraseñas y modificar softwares.
Lo cierto es que estos ciberdelincuentes ocasionan daño moral, violación a la privacidad, extorsión y robo de información con fines ilícitos entre muchos otros delitos; lo antiético es que un político use este servicio y lo recomiende.
Quizás lo peor esté por venir ahora en esta época de elecciones donde la información que se maneja en redes puede ser valiosa para algún candidato. Y al ser un delito que les deja mucho dinero en poco tiempo a los ciberdelincuentes, todos deberíamos poner más atención sobre lo que escribimos en nuestras redes sociales.