Prosiguen la dosificación y el aprovechamiento feliz del foco mediático.
Andrés Manuel López, candidato de “Morena” a la presidencia de la Republica, ha presentado su equipo de seguridad, con un consejo consultivo incluido, pero ha cometido un error, bueno, en verdad varios errores.
Ha confundido a un muerto con un vivo (a veces se pasa de tal) y a un político (Alfonso) con un policía (Arturo).
En la delicada labor de la Seguridad Pública, para cuyo logro pretende resucitar una secretaría abolida por el “peñismo” (la SSP), ha designado con enorme anticipación a Durazo.
No sabemos si pensaba en Arturo (calificado por JLP y el gobierno de los Estados Unidos, como el mejor policía de México) y simplemente cayó en la terrible confusión de nombrar a Alfonso, quien nada sabe de esta materia, pero por lo visto eso es lo menos importante.
Imaginemos la escena. La noche cae sobre la ciudad. Por los ventanales de la casona-cuartel, de la colonia Roma se escuchan los murmullos de sesudas e interminables discusiones sobre quién debería ser el responsable la seguridad en el in seguro país para pacificarlo en tres años.
–Deberíamos nombrar a Durazo; dice alguno de los asistentes cuya voz no se logra distinguir.
El gran líder escucha el apellido y de inmediato recuerda al sonorense secretario particular de Vicente Fox quien pronto se adhirió a su causa después de reventar las posibilidades de Marta Sahagún y apartarse del camino del rocambolesco gobierno de la alternancia.
–¿Durazo?, dice en voz alta, con energía suficiente para no demostrar su ignorancia.
–Sí, ese, dice un asesor genuflexo. Total, el episodio del río Tula lo podemos borrar como parte de los arreglos de amnistía por venir.
–Confundido el líder busca en su memoria y nada recuerda del río Tula. Sus ideas se van a la campaña de Colosio, cuando el otro Durazo era secretario del sonorense asesinado, Total, todos nacieron en Sonora.
En la mesa alguien dice, ¿pero Durazo no está muerto? Nadie lo escucha. O todos lo ignoran.
Pronto se hace la llamada.
–¿Durazo?; habla Andrés Manuel. ¿Quieres ser mi futuro secretario de seguridad pública?
–Pero yo no sé de eso, responde el invitado.
–No seas modesto, todos recordamos tu buen desempeño en la ciudad de México. Lo harás muy bien, eres honesto y eres valiente. Te espero mañana a las nueve para hacer el anuncio.
–Ya está, dice triunfante. Todos aplauden, menos uno.
–Aquí hay un error. Pero nadie le hace caso.
El anuncio está listo. Como dijo “El Loco” Valdéz:
“… Qué buen puntacho…”
VACACIONES EN EL MEDITERRANEO
Si usted quiere unas bellas semanas en la hermosa ciudad de Barcelona, esta es la forma más sencilla de viajar.
Nada más invéntese una condición de periodista perseguido, auto envíese miles de tuits amenazadores, monte su propia campaña de temor, quéjese en sus columnas, ateste las redes sociales; vístase de mártir, chille a más no poder, ofrezca entrevistas en la radio, háblele a Carmen, critique a la Fiscalía, censure al mecanismo de salvaguarda; advierta de las intenciones homicidas de los narcos con auxilio del gobierno y acójase por ese simple procedimiento al programa de refugio de los catalanes. Sus vacaciones están garantizadas. Además lo invitarán a foros y fotos; conferencias, tertulias y mimos de cuanta colega comprensiva haya en el camino entre La Barceloneta y Montjuic.
Lea esto:
(EFE, 3 de enero).- “El Ayuntamiento de Barcelona, España, iniciará en el primer trimestre de 2018 un programa específico de acogida de periodistas mexicanos amenazados de muerte, con el que prevé facilitar vivienda y atención psicológica personalizada a cuatro de ellos cada año.
“No se trata sólo de un espacio de acogida, sino de que Barcelona sea una plataforma de denuncia de las situaciones que están viviendo en México personas que están defendiendo derechos humanos en su país”, argumentó hoy la concejala de Relaciones Internacionales de esa ciudad española, Laura Pérez, en rueda de prensa”.
“Martín Durán, quien fue compañero del periodista Javier Valdez, asesinado en mayo del pasado año, está en Barcelona desde primeros de diciembre en el marco de la primera convocatoria del “Programa de Acogida Temporal”, que prevé acoger durante tres meses a defensores de derechos humanos amenazados por su trabajo”.
Tres meses en Barcelona, con gastos pagados y una honrosa condición de periodista acogido (no es albur), resultan una oferta tentadora para cualquiera.
Y todo eso bajo la cómoda sombrilla de la demagógica interpretación de los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión. Un triunfo más de la industria del martirio, de cuyos beneficios todos disfrutan, menos los mártires.
Así pues a defender la libertad de expresión en Las Ramblas. Esas son las maravillas de la “generalitat” catalana.