México y su plan de evolucionar el mercado “primitivo” de gas

Las nuevas normas para comercializar gas natural en México podrían ayudar a Estados Unidos a expandir las exportaciones de producción excedente y, a la vez, hacer que sea más eficiente y rentable comprar y vender el combustible en ambos lados de la frontera.

México, que ya es el mayor importador de gas de su vecino del norte, está revisando los aranceles, reescribiendo regulaciones y poniendo fin al monopolio gubernamental sobre la oferta y la demanda internas.

Este año se lanzará una nueva plataforma de comercialización electrónica y se duplicará la capacidad de los gasoductos para sumar más opciones de despacho y ayudar a reducir los cuellos de botella.

Compañías extranjeras como BP Kinder Morgan se están sumando.

Las importaciones de gas estadounidense se han duplicado desde 2014, ya que México comenzó a utilizar una mayor cantidad de este combustible para operar centrales eléctricas y disminuir su dependencia del petróleo.

Al dar cabida a más compradores y vendedores, el Gobierno espera hacer más eficiente el mercado y aumentar los suministros.

Una industria mexicana del gas más sólida atraerá a los operadores en Estados Unidos, donde la creciente producción mantiene bajos los precios durante años y el país obtendrá cada vez más energía renovable a partir de paneles solares y turbinas eólicas.

“México quiere tener un mercado físico y financiero en pleno funcionamiento”, dijo Francisco Blanch, jefe de investigación de productos básicos de Bank of America en Nueva York. “Están tomando el modelo de Estados Unidos y aplicándolo allí. Creo que será bastante grande”.

Si bien el consumo de gas en México es una décima parte de lo que se consume en Estados Unidos, la demanda ha crecido sobre cinco veces más rápido desde el 2000, según datos compilados por BP.

El combustible se usa principalmente para generar electricidad. México recurre cada vez más a los cercanos suministros estadounidenses de gas tras la disminución de la producción nacional de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Pero dado que las entidades gubernamentales dominan el mercado, los precios del gas no siempre reflejan la oferta y la demanda, ya que están vinculados a los centros de comercialización en Texas en lugar de estar indexados a los índices referenciales locales.

Comprar 
gas en una localidad cercana a la frontera con Estados Unidos podría costar lo mismo que los despachos desde 483 kilómetros al sur, aunque el viaje más largo cueste más. Tampoco hay suficientes transacciones o infraestructura para atraer a operadores más pequeños.

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