Hombres armados atacaron una oficina de la Organización No Gubernamental Save the Children en la ciudad afgana de Jalalabad y combatían contra las fuerzas de seguridad que rodeaban el edificio, provocando la muerte de cuatro personas y heridas a otras 20, dijeron funcionarios.
Los cuatro muertos fueron dos empleados de la ONG, un guardia y un soldado.
Tras el ataque se registró un tiroteo con la policía que duró casi 10 horas, dijeron funcionarios provinciales y la organización.
ISIS se adjudicó la responsabilidad del ataque, que comenzó cuando un suicida explotó un coche bomba fuera de la oficina cerca de las 9:00 horas locales, seguido por la entrada de hombres armados al complejo. Niños en edad escolar y residentes huyeron cuando las Fuerzas Especiales Afganas llegaron para enfrentar a los atacantes.
“Ha habido una explosión y el objetivo era Save the Children“, dijo el portavoz del Gobierno provincial Attaullah Khogyani. “Los atacantes entraron en el complejo y los combates continúan”, añadió.
El enfrentamiento terminó después de ocho horas y la policía mató a dos atacantes, informó Attahullah Khogyani, portavoz del gobernador provincial.
Al menos 26 personas, entre ellas seis policías, resultaron heridas durante el ataque, agregó.
Algunos testigos dijeron que parecía haber al menos cuatro atacantes vestidos con uniforme policial, una táctica muy usada, pero no había una confirmación oficial.
Funcionarios de salud de la provincia dijeron que 20 personas heridas habían sido trasladadas al hospital.
“Una explosión sacudió la zona y justo después niños y personas comenzaron a huir”, dijo Ghulam Nabi, que estaba cerca cuando explotó la bomba. “Vi un vehículo que se prendió fuego y luego comenzó un tiroteo”, agregó.
ISIS dijo en un comunicado en su agencia de noticias Amaq que el ataque apuntaba contra instituciones británicas, suecas y del Gobierno afgano. Cerca del complejo está ubicada la oficina de un grupo de asistencia sueco y un edificio del Departamento de Asuntos de Mujeres afgano.
El ataque subraya cuán difícil es operar en Afganistán para las agencias humanitarias, que han enfrentado presión de grupos armados y secuestradores.
Save the Children, que dice atiende a casi 1.4 millones de niños en Afganistán, cerró sus oficinas en el país y suspendió temporalmente sus operaciones luego del ataque, informó el organismo en un comunicado.
Monica Zanarelli, jefa de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Afganistán, denunció que un ataque contra una ONG que ayuda a la infancia es “intolerable”.
“Los civiles y cooperantes no deberían ser atacados”, dijo en un comunicado. “El incremento de la violencia ha hecho que operar en Afganistán sea difícil para muchas organizaciones”.
El incidente se produce luego de un letal sitio al Hotel Intercontinental de la capital, Kabul, durante el fin de semana, en el que murieron 22 personas, 14 de ellas extranjeras. Varios estadounidenses perdieron la vida o resultaron heridos en el ataque talibán al edificio, que duró 13 horas, explicó el Departamento de Estado de Estados Unidos el martes. Washington no ofreció cifras exactas de inmediato sobre sus fallecidos o heridos.
Once de los 14 extranjeros habían sido identificados antes como trabajadores de la aerolínea privada afgana KamAir. Durante una ceremonia celebrada el miércoles en el aeropuerto de Kabul, los cuerpos de siete ciudadanos ucranianos fueron entregados a las autoridades del país para su repatriación.
Por otra parte, en la provincia oriental de Ghazni, cuatro policías afganos fallecieron tras un ataque insurgente a su puesto de control, dijo Arif Noori, portavoz del gobierno local.
Seis extremistas fueron abatidos fatalmente y otros tres resultaron heridos en el combate, que ocurrió a primera hora del miércoles en el distrito de Dayak, apuntó Noori.