El contraste entre el “feliz” Disneyworld y la precariedad en que viven miles de familias a lo largo de la autopista 192 que rodea ese mundo mágico llamó la atención de Sean Baker, que refleja esas contradicciones en “The Florida Project”, uno de los filmes independientes más aclamados del año.
Esas personas son “indigentes ocultos”, muchos de ellos expulsados de sus casas a raíz de la crisis hipotecaria de 2007, explica Baker en una entrevista al día siguiente de anunciarse que Willem Dafoe está nominado al Oscar como mejor actor de reparto por su papel en el filme.
“No se les incluye en las cifras oficiales de gente sin hogar porque no están en la calle o en albergues, pero es un problema nacional en Estados Unidos, no solo en Orlando”, señaló durante una visita a Madrid el director de “Tangerine” (2015), película que rodó con tres teléfonos móviles y que le puso en el punto de mira del mundo del cine.
Baker aporta un dato, aunque es solo una estimación: hace tres años se calculaba que había 5 mil niños sin hogar viviendo en los flancos de esa autopista, en moteles de bajo presupuesto con nombres como “Magic Castle” o “Futureland” y fachadas de colores pastel, en sintonía con la fantasía que promete el mundo Disney a solo unos metros de ahí.
“Es todo real, los exteriores, los paisajes increíbles, los pequeños negocios con luces de neón y colores pastel para atraer a las familias con niños que van al parque temático”, asegura el cineasta sobre este lugar que visibiliza de forma estridente las paradojas del sistema capitalista.
Baker busca concienciar al espectador, pero también conmoverlo y hacerlo reír, algo que logra al adoptar en la narración el punto de vista de Moonee, una niña de seis años, y de sus amigos durante un verano.
Para ellos, la vida es una oportunidad tras otra para la aventura y las travesuras, mientras los adultos hacen lo que pueden para salir adelante.
“La infancia es algo universal que todos hemos experimentado”, señala Baker sobre el proceso de creación de estos personajes. “Solo tienes que volver a ponerte ahí, recordar tus experiencias, es lo que hicimos, y también preguntar a los niños y dejar que ellos aportaran cosas”.
El proceso de “casting” no fue nada convencional. Dafoe era el único actor experimentado del reparto. Brooklyn Prince, que da vida a Monnee, respondió a un anuncio, mientras que a Bria Vinaite, que interpreta a su joven madre, la encontró a través de Instagram.
Dafoe ha logrado su tercera nominación al Oscar poniéndose en la piel de Bobby, el gerente del motel, un hombre de paciencia infinita que, pese a su aparente rudeza, ejerce de protector de Moonee y de su madre, Halley.
“Nuestra aproximación al guion -coescrito con Chris Bergoch- fue periodística”, asegura Baker, “nosotros no pertenecemos a ese mundo, por tanto queríamos escuchar la voz de la comunidad para poder reflejarla de forma respetuosa”.
“Entrevistamos a los residentes reales de esos moteles, a propietarios de pequeños negocios, a las agencias que ayudan en la zona y por supuesto a gerentes de moteles, fue esencial sobre todo para el personaje de Bobby”, ha añadido.
No es la primera vez que Baker detiene su mirada en historias y personajes marginales. “Tangerine” (2015) contaba el caso de una prostituta transgénero que descubre que su novio y proxeneta le engaña con una mujer y en “Take out” (2004), el protagonista era un inmigrante ilegal chino en Estados Unidos.
Pero la consagración le ha llegado con “The Florida Project”, un filme que ya causó sensación en el último Festival de Cannes, donde participó en la sección paralela de la Quincena de Realizadores, y que fue incluido por el American Film Institute entre los diez mejores títulos de 2017.