César Ortega, neolonés de 19 años, abandonó sus estudios de preparatoria y tras un año sin estudiar ni trabajar obtuvo una beca para ser operador de montacargas. A pocos días de finalizar su capacitación, obtuvo su primer empleo.
Como él, casi 400 mil jóvenes en México abandonaron las filas de los ‘ninis’ en los últimos tres años y actualmente su número es el más bajo desde 2007.
De 2014 a 2017 bajó de 7 millones a 6 millones 600 mil. Pero, la tasa descendió de forma paulatina al bajar a 21.3 por ciento en el tercer trimestre de 2017, desde 23.2 por ciento del tercer cuarto de 2014.
Rafael de Hoyos, economista del Banco Mundial indicó que este descenso se debe principalmente a una menor deserción escolar, sobre todo de la educación media.
A pesar de la baja, dijo, la cantidad aún es considerable, ya que implica que uno de cada cinco jóvenes está en esa situación.
Las repercusiones de no estudiar ni trabajar se manifiestan 20 o 30 años en el futuro para estas personas, con una menor productividad, lo que tiene implicaciones en el salario, la empleabilidad y el hecho de que la problemática se concentra en poblaciones vulnerables.
De Hoyos explicó que los factores que están detrás de los ‘ninis’ tienen que ver con la desigualdad en el país y que el sistema educativo es deficiente, pues no proporciona a los niños y jóvenes las habilidades mínimas necesarias para ser productivos.
“El fenómeno de los ‘ninis’ es uno de los mecanismos a través de los cuales se perpetúa la desigualdad del ingreso. Caer en esta situación te lleva a menos ingresos futuros y esto es un círculo vicioso de generación de desigualdad y pobreza”.
Según los registros del INEGI, en el país hay 31 millones de jóvenes, considerando a la población de 15 a 29 años. Poco más de 15 millones trabajan, un millón están desocupados y 14.6 millones no están en la Población Económicamente Activa. De éstos últimos 8.9 millones estudian.
“Estar desempleado es un lujo que muy pocos se pueden dar en nuestro país. Estamos por esto conscientes de la importancia de incluir en los cálculos y análisis del empleo juvenil otro tipo de indicadores adicionales a su situación laboral y educativa, como sus condiciones de ocupación e informalidad”, dijo Roble García, coordinadora general de Alianza NEO México.
La iniciativa pionera en América Latina liderada por el BID, involucra la participación del sector público, empresas como Cemex, Microsoft y Walmart e instituciones educativas, y se enfoca en mejorar las oportunidades de empleo para los jóvenes y acercarles opciones de capacitación e inserción laboral, como en el caso de César Ortega.
García dijo que hay un gran déficit en la generación de empleos formales en el país que restringe las oportunidades para los jóvenes, los cuales tienen dos opciones, insertarse en una ocupación informal o mantenerse en el desempleo.