Un total de 1.200 miembros del personal de seguridad privada de los Juegos de Invierno de PyeongChang, que se inaugurarán este viernes, fueron apartados de la zona olímpica, según admitió este martes el presidente del Comité Organizador de los mismos, Lee Hee-Beom.
Lee explicó en rueda de prensa que 1.200 miembros del personal de seguridad privada fueron apartados, ya que el miedo a que un norovirus se propague entre alguno de ellos ha forzado a la organización a reemplazarlos con personal militar, pendiente aún de los exámenes médicos que se efectúen.
El citado virus es altamente contagioso y, entre otros síntomas, causa vómitos y calambres en el estómago; y, al parecer, se pretende prevenir que no suceda lo mismo que en el Mundial de Atletismo de Londres del año pasado, cuando deportistas de algunos países cayeron enfermos y algunos se perdieron las competiciones cuando el norovirus se extendió por uno de los hoteles.
“Como presidente del Comité Organizador me gustaría pedir disculpas por esto. Nuestro centro de control de enfermedades y otras agencias gubernamentales están debatiendo qué contramedidas tomar; y tomaremos las medidas más apropiadas, que anunciaremos pronto”, explicó Lee Hee-Beom.
La villa de prensa de Gangneung, que acoge a gran parte de los enviados especiales a la XXIII edición de los Juegos Olímpicos de invierno, está llena, en las puertas de entrada de sus diferentes bloques, de ‘notas de emergencia’, según pudo comprobar Efe, en las que advierte de las precauciones acerca del norovirus.
Los carteles explican los síntomas anteriormente descritos, que “sucederán un día o dos después de haber adquirido la infección”.
También animan a tomar unas curiosas medidas de prevención, como “lavarse las manos con jabón durante más de 30 segundos”, “comer vegetales y fruta tras haberlos pelado o lavado bien” y “no tomar contacto con elementos que hayan sido tocados por gente infectada, como por ejemplo puertas o pomos, etcétera (sic)”, sin especificar, no obstante, cuáles podrían ser los mismos.