Chiapas es un misterio.
Ni priístas ni verdes saben por qué se ha enredado tanto la postulación de candidato a gobernador en esa entidad.
Ni siquiera por qué no se rompió la alianza entre ambos partidos pese a revuelta organizada por el gobernador Manuel Velasco.
Alcaldes y diputados locales se fueron con el engaño y atendieron su llamado de rebelarse contra la cúpula nacional y demandar autonomía.
Luego recularon porque esa fue la instrucción.
A los hechos:
En teoría es el único estado gobernado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) porque el Partido Revolucionario Institucional (PRI) respetó en 2012 la popularidad de Velasco.
Primaba, además, la gran relación personal entre él y Enrique Peña Nieto, a la sazón favorito de la encuestas y dueño único del PRI.
Desde entonces se preparó un cuadro con afanes sucesorios para el 2018: Luis Armando Melgar, actual senador de la república y por supuesto todavía aspirante.
Pero…
ENÉRGICA PRESIÓN DE LUIS MIRANDA
Las señales encontradas dificultaron los acuerdos.
Por una parte, Manuel Velasco azuzó a sus correligionarios a emanciparse contra los dictados priistas y gubernamentales llegados de la capital.
Por la otra, él juega abiertamente con Andrés Manuel López para la Presidencia de la República y por eso no tiene autoridad moral para actuar.
Lo corroboraron el delegado priista Luis Miranda y Emilio González Martínez, El Niño Verde, en una mesa de restaurante especializado en comida española.
Justo la misma donde se reunieron José Antonio Meade y Miguel Ángel Osorio Chong para sellar la lealtad del hidalguense a un candidato presidencial no priísta.
Estuvieron en el Puerto Chico, decíamos, el jueves 25 de enero ellos tres y Miranda desesperó con la negativa de González Martínez a ceder la candidatura al PRI.
-El partido tiene el derecho a aspirar a retener el poder –insistió sin muchos argumentos y sin mencionar específicamente a sus correligionarios Luis Armando Melgar y Armando Ramírez y Luis.
Enojado, cuentan testigos, Miranda amenazó con proceder contra quienes se oponen a la candidatura del supuesto priísta Roberto Albores Gleason.
O sea, contra El Niño Verde, amo del partido, de la estructura y de sus decisiones.
Y supuesto priísta porque Albores Gleason tiene la postulación por sus amenazas a emigrar… hacia el partido personal de Andrés Manuel López, candidato real de Manuel Velasco.
Surtió efecto la advertencia: Jorge Emilio González Martínez se fue enojado, pero disciplinado.
Desde entonces calló y se alejó de las negociaciones.
Unas negociaciones sin participación relevante de Velasco.
Pero ni así sale Albores Gleason.
Y vaya el pronóstico: esa división tiene escriturado Chiapas para El Peje y el nombre de su personero es lo de menos.
VIDA INERTE DEL CONSEJO CIUDADANO
1.- El Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) transita sin gloria.
No es culpa plena de sus integrantes y de Jacqueline Peschard, quien ayer entregó la titularidad a Marie Clarie Acosta, sino de un proyecto muy mal diseñado.
No cuenta con instalaciones ni equipo humano y físico para operar.
Pero quizá haya podido hacer algo más para reglamentar la operación del SNA y mostrar presión pública para purificar una estructura putrefacta en sus tres niveles de gobierno.
Y 2.- ¿se acuerda usted de Pedro Pablo de Antuñano?
Es el primer aspirante independiente en conseguir las firmas necesarias para candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha iniciado la revisión de su listado, pero al parecer todo va en orden y seguramente se le verá contender con Alejandra Barrales y Claudia Sheinbaum.