Powell quiere ‘desaparecer’ barreras al interior de la Fed

Jerome Powell es el primer presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos en más de una década que tiene antecedentes en el sector privado. Esto podría explicar los cambios que implementó durante sus primeras semanas en el cargo.

Powell dejó bien claro dentro de la entidad que quiere una interacción más directa con el ejército de doctores en economía de la Fed y de una manera más rápida e informal que la deseada por sus predecesores, según dos personas del Banco Central que están al tanto de las medidas y que pidieron no ser identificadas.

Los cambios son más una evolución que una revolución, explicaron las fuentes, y profundizan medidas tomadas en los últimos años para flexibilizar un sistema anteriormente rígido que controlaba de manera estricta el flujo de información entre los funcionarios designados políticamente y el personal de base.

No obstante, varios ex altos funcionarios de la Fed aseguraron que se trata de un cambio notable por la forma en que arrasa con la jerarquía tradicional del Banco Central y liberaliza más la comunicación interna.

Donald Kohn, exvicepresidente de la Fed, declaró que no tenía conocimiento directo de los cambios implementados por Powell, pero que le parecían medidas positivas que podrían ayudar al nuevo presidente a conducir la economía durante un período incierto de bajo desempleo, baja inflación y crecimiento económico tibio pero en vías de aceleración.

“No creo que esto pase tanto por tener perspectivas alternativas como por abrir un poco el canal”, dijo Kohn. “Flexibilizarlo y también tener perspectivas alternativas y mantener diálogos informales probablemente sea una buena idea”.

Powell, que prestó juramento como presidente el 5 de febrero, es en muchos sentidos un lector voraz de investigaciones económicas. Al mismo tiempo, carece de la base académica de los doctores en economía que han conducido recientemente la Fed, como Ben Bernanke y Janet Yellen.

Reconociendo esa posible debilidad, quizá quiera involucrar al personal en los temas que atraigan su atención.

Los diálogos espontáneos entre el presidente y los empleados comunes habrían sido en gran medida impensables en la Reserva Federal hace una generación.

Incluso en años recientes, una solicitud de información derivaba con frecuencia en una presentación formal cuidadosamente revisada cuya preparación podía llevar semanas y una hora de exposición.

Powell, que pasó doce años en la banca y la inversión, no tiene paciencia para eso, dijeron las dos personas enteradas de lo que sucede en la Fed.

Tampoco quiere que el personal dedique un tiempo excesivo a una producción compleja cuando lo que necesita es una discusión sustancial y franca sólo con el experto indicado… pero de inmediato.

Para ajustarse a esto, cada uno de los directores de división designó a uno o dos asistentes a cargo de responder los pedidos de Powell, ya sea aportando ellos mismos la información o contactando rápidamente a los economistas indicados para que se reúnan con el jefe y respondan sus preguntas.

Con estas medidas, Powell apunta a los últimos vestigios del ‘ancien régime’ de la Fed, un sistema que en su momento dio una enorme influencia a los directores de las tres divisiones de investigación económica más importantes: asuntos monetarios, investigación y estadística, y finanzas internacionales.

Aun actualmente, aunque se lo expresa tanto en broma como con temor, esos directores reciben un apodo famoso: los barones.

“Surgió del jefe de personal, que nos odiaba”, explicó Edwin Truman, director de la división de finanzas internacionales desde 1977 hasta 1998, la era gloriosa de los barones. “Inventó ese término porque le resultaba muy difícil tratar con nosotros”.

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