El presidente estadounidense, Donald Trump, atribuyó a un “problema de salud mental” el tiroteo en una secundaria de Parkland, Florida, que el miércoles dejó 17 muertos, y prometió hacer de la seguridad en las escuelas una de las prioridades de su gobierno.

“Vamos a enfrentar el difícil problema de la salud mental”, dijo Trump en un discurso dirigido a los estadounidenses, en el que no hizo mención alguna a posibles medidas legislativas para reforzar el control del acceso a las armas de fuego.

“Muchos signos de que el tirador de Florida estaba mentalmente desequilibrado, y que había sido expulsado de la escuela por mal y errático comportamiento. Vecinos y compañeros de clase sabían que era un gran problema. Hay que reportar siempre estos casos a las autoridades, una y otra vez”, escribió Trump por la mañana en su cuenta de Twitter al referirse a Nikolas Cruz, el joven de 19 años que disparó contra los estudiantes del Instituto Marjory Sotenman Douglas.

El republicano se dirigió a “una nación de luto” y subrayó que “estamos todos juntos como una única familia”. Además recalcó que “debemos responder al odio con amor. Y a la crueldad, con amabilidad”.

El responsable de la Casa Blanca señaló que planea viajar a Parkland para visitar a las familias de las víctimas y las autoridades locales. También dijo que se reunirá con los gobernadores estatales para hacer de la seguridad en las escuelas “nuestra principal prioridad”.

Cruz ingresó a primera hora de ayer en la cárcel del condado de Broward, en la vecina ciudad de Fort Lauderdale, después de ser acusado de 17 asesinatos premeditados tras ser sometido a un interrogatorio de varias horas.

SUPREMACISTA

En tanto, Jordan Jereb, líder de la milicia supremacista blanca, la República de Florida, aseguró que Nikolas era miembro de su grupo y participó en simulacros paramilitares en Tallahassee.

Según versiones periodísticas, en un comentario en Youtube del año pasado Cruz llegó a comentar: “voy a ser pistolero escolar profesional”, lo que provocó una denuncia en septiembre pasado al FBI por delito de odio pero los federales no pudieron localizarlo.

Robert Lasky, funcionario del FBI de Florida, confirmó que el atacante pudo comprar legalmente su fusil AR 15, con el que perpetró la masacre, en un negocio de Florida, un estado que no exige ni permiso ni licencia para adquirir un arma, ni tampoco registrarla. Además no tenía antecedentes penales.