Naciones Unidas instó a una tregua en la región siria de Guta para evitar una “masacre“, mientras aviones de guerra asediaban el último enclave rebelde cerca de Damasco por quinto día seguido.
Guta Oriental, una zona agrícola densamente poblada de las afueras de Damasco, es la última área importante cerca de la capital que aún está bajo el control de los rebeldes. El distrito, hogar de 400 mil personas, ha sido asediado por las fuerzas gubernamentales durante años.
Desde la noche del domingo han muerto más de 300 personas en Guta y muchos más han resultado heridos, según agrupaciones de derechos y agencias de ayuda, que afirman que aviones rusos y sirios han atacado hospitales y otros blancos civiles.
“Tenemos que evitar la masacre porque seremos juzgados por la historia”, pidió Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria.
El diplomático dijo que esperaba que el Consejo de Seguridad acordase una resolución que pida un alto al fuego en Guta Oriental. “Espero que funcione, pero es complicado (…), es muy urgente”, dijo De Mistura a Reuters en Ginebra.
En el norte del país, los kurdos dijeron que combatientes progobierno se estaban desplegando para ayudar a repeler el avance turco. Fuerzas del gobierno entraron a la zona de Alepo controlada por la milicia kurda YPG, dijeron un testigo y un grupo observador, aunque el YPG lo negó.
YPG -aliado de Estados Unidos en otras zonas de Siria- ha pedido apoyo en los últimos días del gobierno, apoyado por Rusia, para resistir la ofensiva turca. La solicitud refleja las inesperadas alianzas formadas durante un amplio conflicto que ha arrastrado a vecinos y a las potencias mundiales.
Los residentes de Guta dijeron que vieron volutas de humo negro saliendo de las áreas residenciales luego que aviones dejaron caer bombas desde gran altura. Se estaban realizando búsquedas de cuerpos en medio de los escombros del pueblo de Saqba y en otras localidades, dijeron rescatistas.