La balanza comercial de mercancías arrojó un déficit de mil 428 millones dólares durante el primer trimestre de 2018, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En contraste, fue un monto inferior al saldo deficitario de 2 mil 775 millones de dólares que se reportó durante el primer trimestre del año pasado.

En marzo, la balanza comercial de mercancías registró un superávit de mil 918 millones de dólares, cifra superior al saldo deficitario de 63 millones de dólares que se reportó durante el mismo periodo del año anterior.

El superávit registrado durante el tercer mes del año se puede explicar por el aumento de 38.9 por ciento que presentaron las exportaciones petroleras y por el alza de 8.6 por ciento que reflejaron las mercancías no petroleras.

El total de las exportaciones para marzo de 2018 ascendió a los 39 mil 650 millones de dólares, de los cuales 37 mil 262 millones de dólares fueron envíos no petroleros y 2 mil 388 millones de dólares correspondieron a las exportaciones petroleras.

Los envíos de las mercancías no petroleras con destino a Estados Unidos crecieron 5.5 por ciento a tasa anual, mientras que las dirigidas al resto del mundo se expandieron en un 22.7 por ciento a tasa anual.

En el renglón de las importaciones, se registró un valor de 37 mil 732 millones de dólares, monto que representó un incremento anual de 4.5 por ciento.

Al interior de las importaciones se observó que el valor de las importaciones petroleras creció 24.3 por ciento (4 mil 269 millones de dólares), mientras que las no petroleras subieron 2.4 por ciento (33 mil 462 millones de dólares) a tasa anual.

El desempeño de las importaciones clasificadas por tipo de bien arrojó que los bienes de consumo se expandieron en un 5.5 por ciento (5 mil 020 millones de dólares), los bienes de uso intermedio crecieron 4.5 por ciento (29 mil 235 millones de dólares) y los bienes de capital aumentaron 3.4 por ciento (3 mil 476 millones de dólares) a tasa anual.

Alberto Ramos, analista económico de Goldman Sachs espera que la balanza comercial no petrolera siga mejorando, impulsada por una moneda competitiva, por una demanda interna más moderada y por una demanda externa firme de los Estados Unidos.

“La balanza comercial neta de petróleo puede deteriorarse aún más si la producción nacional de petróleo y la producción de productos refinados (por ejemplo, gasolina) continúan disminuyendo”, agregó el analista de Goldman Sachs.

En perspectiva, Alberto Ramos prevé que a mediano plazo la cuenta corriente podría verse afectada negativamente por las fricciones impulsadas por las políticas estadounidenses que podrían afectar tanto las exportaciones a los Estados Unidos como las remesas de los trabajadores del país vecino.