Ante peligro de un retraso, May insiste en cambiar el acuerdo del Brexit

REDACCIÓN

La primera ministra británica, Theresa May, se enfrenta a la creciente amenaza de verse obligada a retrasar el Brexit, una medida que podría provocar un choque con los euroescépticos de su Partido Conservador apenas unas semanas antes de la fecha prevista para que Reino Unido salga de la Unión Europea.

Mientras continúa la cuenta regresiva para que se produzca el Brexit, May se esfuerza por lograr de la UE los cambios con los que considera que obtendrá el visto bueno del dividido Parlamento británico y facilitar así el cambio político más grande del país en más de 40 años.

En la cumbre entre la Unión Europea y la Liga Árabe en la ciudad egipcia de Sharm Al Shaij, May se reunió con los líderes del bloque para tratar de obtener apoyos a un acuerdo más atractivo para el Parlamento británico, donde algunos legisladores descontentos se están preparando para intentar arrebatarle el control del Brexit al Gobierno.

Su decisión de postergar una votación sobre su acuerdo hasta marzo, pocos días antes de la salida de Reino Unido, ha llevado a los diputados a intensificar los intentos para detener un Brexit sin acuerdo, un escenario que en opinión de muchas empresas podría causar un daño importante a la quinta economía más grande del mundo.

Algunos de estos planes implicarían extender el Artículo 50 -que activó el período de negociación de dos años del Brexit-, retrasando la salida de Reino Unido más allá del 29 de marzo, algo que según May solo serviría para retrasar la decisión.

Un funcionario del Gobierno dijo que los ministros están “considerando qué hacer si el Parlamento toma esa decisión” (no aprobar el acuerdo), cuando se le preguntó sobre una posible prórroga.

Tobias Ellwood, secretario parlamentario de Defensa, también dijo a la radio de la BBC: “Si no podemos lograr la ratificación de este acuerdo antes del límite, nos enfrentamos a la perspectiva de tener que retrasarlo”.

La UE ha dicho que estudiará una extensión del proceso del Brexit, pero solo si Reino Unido puede ofrecer pruebas de que la demora rompería el estancamiento en el Parlamento, que el mes pasado rechazó el acuerdo en la mayor derrota gubernamental en la historia británica moderna.

En la cumbre en Egipto, May se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, lo que supone un claro intento por obtener su apoyo para lograr cambios sustanciales al acuerdo firmado en noviembre.

Pero la mandataria se enfrenta a una creciente frustración en Bruselas, que ha rechazado sus intentos de reabrir el acuerdo hasta el momento.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo el domingo cuando se le preguntó si se está quedando sin concesiones que hacer sobre el Brexit: “Tengo cierto cansancio sobre el Brexit”.

Problemas en el Parlamento

May necesita encontrar una manera de calmar las preocupaciones en Reino Unido sobre la salvaguarda irlandesa o “backstop”, una póliza de seguridad para evitar la restauración de una frontera rígida entre la República de Irlanda, un país miembro de la UE, e Irlanda del Norte, territorio británico.

Pero ante la demora en los avances, cada vez hay más voces en ambos lados que piden un retraso.

Hasta el momento, May no se ha salido del guion de que va a sacar a Reino Unido de la UE el 29 de marzo.

El domingo, cuando anunció que la votación en el Parlamento sobre su acuerdo del Brexit solo se realizaría antes del 12 de marzo, sostuvo que aún estaba “a nuestro alcance” alcanzar un pacto.

Pero hay muchos que no están de acuerdo.

Diputados en su Partido Conservador y en la principal formación de la oposición, el Partido Laborista, están intensificando los esfuerzos para tratar de garantizar que May no pueda sacar a Reino Unido de la UE de manera abrupta en una votación que se realizará el miércoles sobre los próximos pasos del Gobierno.

Yvette Cooper, una diputada laborista, pidió al Parlamento que respalde su intento de forzar al Gobierno a entregar el poder de negociación al Parlamento si no se ha aprobado ningún acuerdo antes del 13 de marzo y ofrecer a los diputados la opción de solicitar una extensión.

“Los comentarios de la primera ministra hoy hacen que sea aún más vital que la Cámara de los Comunes vote a favor de nuestro proyecto de ley para tratar de restablecer el sentido común de este proceso”, dijo Cooper.

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