El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, informó ayer en su conferencia de prensa matutina que en el pasado se crearon “costumbres democráticas simuladoras”, como la creación de institutos que no apoyaban como debían a los necesitados, organizaciones civiles que crearon la idea de que el gobierno es ineficaz y corrupto, y empresas que con la deducibilidad de impuestos apoyaron el fomento al arte y la cultura. Esta política, dijo, “no va a continuar”.
Aseguró que su gobierno buscará dar apoyo directo a la gente y no a los aparatos burocráticos, “porque el gobierno estaba ensimismado” y el presupuesto era para el mismo gobierno “y no le llegaba al pueblo”. “¿Para qué crear un instituto si no se ayuda al que lo requiere? Nomás (se crea el) aparato”, sentenció.
El primer mandatario insistió en que se crearon “institutos de todo” y los necesitados “no recibían nada”. Agregó que en este sentido también han funcionado las organizaciones civiles. “Crearon toda la concepción de la sociedad civil, (pero) satanizando al gobierno. Si las acciones se llevan a cabo a través del gobierno no son eficaces y se roban todo, luego entonces, mejor dénnos el dinero”, apuntó.
En este sentido, López Obrador se refirió a la deducibilidad de impuestos. “La política de deducir impuestos para fomento del arte y de la cultura (es) presumir con sombrero ajeno. Una empresa que paga impuestos se le regresan los impuestos para que ponga un museo de arte popular. Pues sí, nada más que ese dinero no entró a la Hacienda Pública. Ya esa política no va a continuar”.
Ante este anuncio, miembros de la comunidad cultural expresaron su preocupación, como la dramaturga Sabina Berman. “Es muy preocupante lo que dijo el presidente. En el siglo XX, el Estado fue el gran productor de artes, era quien decidía qué subsidiaba y a quién. En 1988, gracias a la influencia, se llegó a la constitución de un Estado que mantiene escuelas de arte, da becas y participa en coinversiones y deja en total libertad a los artistas para crear lo que quiera. Esto fue un gran avance y nos preparó para la democracia. Y en el siglo XXI se hicieron los Efiartes para que las empresas o particulares donaran una parte de sus impuestos al arte. Esto causó una explosión de arte, en 2000 se hacían siete películas, hoy se hacen 700; se hacían 25 obras de arte, hoy se hacen alrededor de 200. El pendiente es desembodegar el arte, que llegue a todos. En este contexto, quitar los incentivos fiscales para el arte es caminar hacia atrás”, dice.
Y agrega: “¿Cómo se va a suplir ese dinero que recibía el arte mediante los estímulos fiscales? Pues tendrían que aumentar el presupuesto y el Estado controlaría lo que muestra o no en el arte. La otra opción es que si ese dinero no se suple y no hay más presupuesto, los recursos sólo servirán para la burocracia. La corrupción seguro que existe en este sistema, pero entonces que se investigue, no que se corte todo”.
El crítico de teatro Enrique Olmos también compartió en redes sociales sus inquietudes: “¿Éste es el último año con estímulos fiscales para el arte? ¿Desaparecerá #EFIARTES y #EFICINE en el siguiente año fiscal? Por un lado me parece absolutamente necesario alcanzar una reforma y que no sean los empresarios quienes decidan la programación artística y por el otro sería una pena perder el único motor de creación artística de amplio volumen en el país. Aunque #AMLO se refiere a los etiquetados, toca también el tema de los estímulos fiscales y con la incertidumbre que ha provocado este nuevo gobierno, todo puede ocurrir”.
Eduardo Cruz Vázquez, especialista en políticas culturales, indicó que en la Ley de Ingresos están establecidos los estímulos fiscales contemplados para este año, por lo que apoyos como los Efiartes son inamovibles por lo menos durante este año.
“El presidente, me parece, se ha referido sólo a aquellas deducibilidades que hacen las empresas y que benefician directamente a su propia actividad y, como dice el Presidente, es un recurso fiscal que no llega al erario y que el empresario aplica de actividades de beneficencia, en museos, en educación, y en una amplia gama de temas”, explica.
De acuerdo con Cruz Vázquez, se trataría de una medida que impactaría en el trabajo que realizan fundaciones como la de Carlos Slim, Jumex, Azteca, Banamex y Bancomer.
“Le pegaría a todas esas fundaciones, pero no a los estímulos fiscales porque esos no los puede tocar. Se trata de que hay grandes empresas que deducen impuestos y los trasladan a sus propias funciones, eso, me parece, no se vale porque es cierto que saludan con sombrero ajeno. Si quieren financiar el arte y la cultura tendrían que hacerlo con el propio gasto corriente. Una empresa puede donar a su propia fundación y aplicarse el beneficio fiscal. Si esto es lo que quiere evitar, yo lo aplaudo, ahora que lo cumpla”.
Para la investigadora Haydé Lachino hay que revisar el tema. “Es una lógica neoliberal que estimula la creación de personas que hacen dinero sólo por poner en contacto al artista con el empresario. Sí, hay gente que hizo mucha plata con esto”, escribió en redes sociales.