REDACCIÓN
El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunieron en Vietnam este miércoles en su segunda cumbre, en la que Washington espera poder convencer a Pyongyang de que abandone sus armas nucleares a cambio de promesas de paz y desarrollo.
Kim y Trump se estrecharon las manos y sonrieron brevemente frente a una hilera de banderas de ambos países en el hotel Metropole de la capital de Vietnam, Hanói, antes de cenar juntos.
Tras la cita, Trump declaró que tuvo un “muy buen diálogo” con Kim, mientras la Casa Blanca informó que el jueves, cuando termine la cumbre, habrá “una ceremonia de firma de un acuerdo conjunto”.
“Gran reunión y cena con Kim Jong Un en Hanói, Vietnam, esta noche”, dijo Trump en un mensaje en Twitter al final del primer día de cumbre. Ambos líderes sostendrán una reunión individual de 45 minutos el jueves, seguida de conversaciones ampliadas en las que participarán sus asistentes, agregó la Casa Blanca.
Antes de la reunión, Trump comentó a los periodistas que creía que lasconversaciones serán muy exitosas y, al ser cuestionado sobre si está “dando marcha atrás” sobre la desnuclearización, respondió: “No”.
En su histórica primera cumbre en Singapur en junio pasado, Trump y Kim se comprometieron a trabajar para lograr la desnuclearización y la paz permanente en la Península de Corea, pero ha habido pocos progresos.
Kim aseguró que superaron varios obstáculos para celebrar su segunda cumbre y alabó a Trump por su “valiente decisión” de comenzar un diálogo.
“Ahora que nos estamos reuniendo aquí de nuevo, confío en que habrá un resultado excelente que será celebrado por todos, y haré todo lo posible para que esto ocurra”, señaló Kim.
Ambos líderes celebraron una conversación de 20 minutos cara a cara antes de irse a cenar junto al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo; el jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney; el principal negociador norcoreano, Kim Yong Chol, y el ministro de Relaciones Exteriores del país asiático, Ri Yong Ho.
El jueves, Kim y Trump celebrarán “una serie de reuniones”, dijo la Casa Blanca, aunque el lugar no ha sido anunciado.
“Mañana vamos a tener un día muy atareado … La cena será probablemente muy rápida”, dijo un Trump sonriente y, en apariencia, relajado, sentado junto a Kim en una mesa redonda con los otros cuatro funcionarios y dos intérpretes.
“Nuestra relación es muy especial”, declaró.
Kim también parecía estar a gusto. “Tendremos un diálogo muy interesante”, afirmó a Trump.
Potencial ‘asombroso’
Trump dijo a fines del año pasado que él y Kim “se enamoraron”, pero la duda que pende sobre las conversaciones es si ambos podrán ir más allá de los buenos gestos y lograr un progreso sustancial en la eliminación del arsenal nuclear norcoreano que amenaza a Estados Unidos.
Funcionarios de inteligencia estadounidenses han indicado que no hay señales de que Corea del Norte vaya a abandonar jamás todo su arsenal de armas nucleares, que considera una garantía de su seguridad nacional. Analistas creen que no se comprometerá a un desarme significativo a no ser que se alivien las duras sanciones económicas lideradas por Estados Unidos.
Pese a los escasos progresos, Trump pareció estar apostando a su relación personal con Kim y al incentivo económico tras 70 años de hostilidades entre ambos países.
“Vietnam está prosperando como pocos lugares en la Tierra. Corea del Norte podría ser lo mismo, y muy rápidamente, si se desnucleariza”, dijo Trump en Twitter antes del encuentro.
“El potencial es ASOMBROSO, una gran oportunidad, como casi ninguna otra en la historia, para mi amigo Kim Jong-un. Lo sabremos bastante pronto, ¡muy interesante!”, agregó.