A cuatro días de que se decida en Miami (15 de marzo) durante el Consejo de la FIFA la posibilidad de expandir la cantidad de países que participarán en el Mundial de 2022, de 32 a 48 Selecciones –propuesta impulsada por su presidente, Gianni Infantino–, la recién limpiada imagen del órgano rector del fútbol se vuelve a manchar.
El diario británico The Sunday Times sacudió a la organización de la máxima justa, al informar la existencia de dos contratos por derechos de televisión que el estado de Qatar habría cerrado por 782 millones de euros (880 millones de dólares) con la FIFA para la próxima Copa del Mundo.
El primer acuerdo con ejecutivos de la cadena qatarí Al Jazeera –el cual se firmó 21 días antes de elegir la sede (diciembre de 2010) y en el que se incluyó una cláusula de 89 mde extra si el país asiático era elegido– habría sido por 355 millones de euros por las ediciones de 2018 y 2022.
La televisora estatal es propiedad del jeque Hamad bin Khalifa Al Thani, emir de Qatar, uno de los mayores promotores de la campaña para albergar el Mundial, lo que sería una violación al reglamento de la FIFA.
Además, existe un segundo acuerdo televisivo –el cual es investigado también por las autoridades suizas– en el que el país anfitrión de Medio Oriente ofreció 427 mde en 2013, tres años después de que se seleccionara su candidatura.
En comparación con lo pagado por los derechos de televisión, según una fuente citada por la publicación, éstos tendrían un costo cinco veces mayor a cualquier otro que se haya acordado en esa zona geográfica.