Dreams: un videojuego interminable para los que desean ser creativos

Redacción Suelto en la inmensidad de la nada. Un cuadro en movimiento. Una espiral de sorpresa. El inicio de «Dreams», nuevo videojuego exclusivo para PlayStation 4, hace su llamada a la acción desde el primer momento. Una explosión de imaginación que tira de una profunda inventiva para atraer al jugador a su terreno. La aventura, de los creadores de la saga «Little Big Planet», pone el acento en las historias mundanas y en la exploración, aunque su punto fuerte es, precisamente, la profundidad para recrear y construir las del propio jugador.

Aunque están separadas, los dos modos de juego están estrechamente conectados. El modo campaña discurre a una velocidad infrecuente en la industria, con un ritmo sinuoso y apesadumbrado en donde se van conociendo distintos personajes. Una de las primeras en hacer acto de presencia se centra en las peripecias de un músico de jazz. De ambientación sombría pero evocadora, esta apacible aventura goza de un construccionismo sin parangón.

Ficha técnica

DisponiblePlayStation 4DesarrolladorMedia MoleculeGéneroaventuraPEGI12 añosPrecio39,99 euros

Controlando al protagonista, el jugador debe explorar diferentes escenarios, descubriendo objetos y elementos que se guardan en el historial para luego poder utilizarlos en el modo de creación. Es decir, esos elementos recolectados por los jugadores se pueden utilizar para alterar y modificar el estado del mundo del juego. Son los llamados «sueños», que a su vez están conectados por unas especies de puertas de entrada. El Sueño de Art, que contiene tres aventuras distintas, es el comienzo y supone una mezcla de fantasía, emoción, exploración y plataformas.

Esa función es, de hecho, su principal reclamo. El sistema permite elegir el modo de control, aunque muchos usuarios optarán, sin embargo, con el tradicional: el mando de la consola. Porque Sony ha querido rescatacar los mandos especiales PlayStation Move con sensores de movimientos que se han empleado por ejemplo para juegos en realidad virtual.

Y lo hacen por el simple hecho de que el personaje que se controla en realidad es un duende que se mueve al son de cómo se agita el mando. Como si se estuviera pintando sobre la propia pantalla del televisor. Con esta acción, los usuarios dirigen a este simpático ser que tiene la capacidad de poseer otros personajes, controlando sus movimientos. Que, por cierto, es personalizable y se puede cambiar la emoción del duende dibujando en el panel táctil del mando

Unas mecánicas bastantes intuitivas que contrastan con el denso y polivalente sistema de edición. Más que un juego es una plataforma para crear videojuegos. Sí, así de simple, aunque no tan fácil a la hora de la verdad. Es bastante complejo. Porque solamente el tutorial para conocer cómo crear experiencias se tarda en completar media hora. Pero, a partir de entonces, se puede ir añadiendo desde música, elementos rocosos, caminos para recrear universos ilimitados.

Se pueden compartir para que toda la comunidad pueda disfrutarlo. Luego todo depende de la maña e imaginación de cada uno, pero hay propuestas alucinantes, pero para crear algo asombroso se requiere de mucha paciencia y dedicación. Es una obra apabullante que no deja indiferente a nadie, aunque su principal escollo se encuentra en la simpleza y anodinas de algunas de sus creaciones, por lo que producir algo que de verdad valga la pena va a ser un largo sueño, que esperemos no se convierta en pesadilla.

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