Miden la velocidad del viento en una enana marrón

Redacción

Con masa demasiado pequeña para ser estrellas, pero demasiado grande para ser planetas propiamente dichos, las enanas marrones son astros exóticos, con rasgos propios de planetas y rasgos propios de estrellas.

Por primera vez, se ha conseguido medir directamente la velocidad del viento en una enana marrón.

Para el logro ha sido fundamental la utilización de un nuevo método que también podría aplicarse para profundizar en el conocimiento de las atmósferas de planetas gigantes gaseosos de fuera de nuestro sistema solar.

La investigación que ha hecho posible la medición se ha realizado con observaciones efectuadas desde un grupo de radiotelescopios en combinación con datos del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, un observatorio infrarrojo que fue retirado del servicio el 30 de enero de 2020, después de más de 16 años en el espacio.

La enana marrón investigada, oficialmente denominada 2MASS J10475385+2124234, está situada a tan solo 32 años-luz de la Tierra.

El equipo integrado, entre otros, por Katelyn Allers, de la Universidad Bucknell en Lewisburg, Pensilvania, Estados Unidos, detectó vientos que se movían por el astro a unos 2.300 kilómetros por hora.

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Recreación artística de una enana marrón. (Imagen: NASA JPL / Caltech)

Medir la velocidad del viento en la Tierra significa usualmente medir el movimiento de nuestra atmósfera gaseosa con respecto a la superficie sólida del planeta. Pero las enanas marrones están compuestas casi enteramente de gas, así que “viento” se refiere a algo ligeramente diferente. Las capas superiores de una enana marrón son donde partes de la masa de gas pueden moverse independientemente. A cierta profundidad, la presión se vuelve tan intensa que el gas se comporta como si conformase una única bola sólida, y en algunos aspectos puede considerarse esa parte del astro como el equivalente al subsuelo de un planeta de tipo rocoso como la Tierra.

A medida que ese interior del astro rota, arrastra las capas superiores (la atmósfera) de modo que los dos están casi en sincronía. Los desajustes marcan la velocidad del viento.

En su estudio, los investigadores midieron la ligera diferencia de velocidad de la atmósfera de la enana marrón en relación con su interior. Con una temperatura atmosférica de más de 600 grados centígrados, esta enana marrón en particular irradia una cantidad sustancial de luz infrarroja. Junto con su proximidad a la Tierra, esta característica hizo posible que el Spitzer detectara rasgos en la atmósfera de la enana marrón a medida que giraban con la rotación. El equipo se valió del seguimiento de esos rasgos para registrar la velocidad de rotación de la atmósfera.

Para determinar la velocidad del interior, se centraron en el campo magnético de la enana marrón. Un descubrimiento relativamente reciente es el de que los interiores de las enanas marrones generan fuertes campos magnéticos. A medida que la enana marrón rota, el campo magnético acelera partículas cargadas que a su vez producen ondas de radio, que los investigadores detectaron con los radiotelescopios del Karl G. Jansky Very Large Array de Nuevo México.

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