Cinco cortos que filman y dirigen a distancia

Redacción

Bajo las reglas que dicta la nueva normalidad un grupo pequeño de personas, equipo de protección y sana distancia, el cine mexicano empieza a reactivarse, aprovechando la tecnología. Se trata de Cuentos del encierro, serie de cortometrajes alusivos al confinamiento.

Gabriela de la GarzaSophie Alexander KatzÁngeles Cruz, Hoze Meléndez y Guillermo Iván forman parte del talento que dirige vía zoom René Herrera, pero que fotografía en locación Carlos Hidalgo (Guten tag Ramon y Capadocia), acompañado únicamente de un asistente, sonidista y productora.

“He resentido un poco no estar en locación pero todo es para que los actores se sientan seguros y Carlos es mis ojos, hablamos mucho antes de todo, con los actores también y hubo lecturas, ensayos, para que todo caminara”, explica Herrera, el realizador.

“También es dejar un poco a la improvisación, aprovechar lo que se tiene en locación y la tecnología. Y para evitar aglomeraciones y traslados se decidió ir a donde estaban los actores para filmar”, agrega el también guionista de los cortos.

Ayer, durante unos minutos, se fue la luz en Tlayacapan, Morelos, donde se rodó con Alexander-Katz (Si yo fuera tú y Solteras) una historia sobre los ataques a médicos y enfermeras.

Tras el corte de energía eléctrica, la comunicación con el director, quien revisaba las acciones desde su hogar en la Ciudad de México, se cortó por segundos.

La productora, que como todos portaba cubrebocas, tomó su celular y, usando sus megas, retomó la señal para que el creativo observara lo que se construía.

El mismo Herrera dio réplica a través de la bocina a Alexander Katz, haciéndose pasar por la mamá que le llama.

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“Apenas voy llegando mamá, sabes que no puedo marcar desde el micro”, dice el personaje.

“¡Saliste hace dos horas!, ¿qué pasa?”, responde la “mamá”.

“Nada mamá”, reitera la hija.

“¿Qué pasa Cari?”, sigue en el diálogo.

“Me bajaron del micro”.

“¡Pero si no vas con uniforme (de enfermera) hija”.

Las historias de Cuentos del encierro, basadas en casos reales, llevan por título Fe, Esperanza, Caridad, Vida en muerte y Muerte en vida.

Además de actriz en otro de los cortos, Gaby De la Garza es también productora a través de la compañía Casiopea Entretenimiento, montada con Hidalgo.

Durante el rodaje de su historia, concerniente a la violencia de género e intrafamiliar que se ha registrado durante la contingencia sanitaria, también fungió como maquillista, vestuarista, utilera y hasta responsable del catering.

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“Son historias particulares vividas en el contexto de encierro, se hacen en casas, con todas las medidas sanitarias y además es un gran experimento el hacer otras actividades aparte de actuar”, cuenta De la Garza.

“Es un respiro enorme filmar y sentir que estamos con algo importante, que el cine no ha muerto y que es un esfuerzo por generar nuestro trabajo”, añade.

Para Carlos Hidalgo, responsable del acabado visual, este esquema será uno de los dos que se adoptarán en todo el mundo.

“Una de las manifestaciones será precisamente sanitizar a tres personas, luz natural, apoyo de amigos y dirigir a distancia; la segunda será los que puedan sanitizar a 150 personas y pagar el aumento que habrá de un 20 o 30% más de lo normal”.

Cada corto tendrá una duración aproximada de siete minutos. Una vez terminados se ofrecerán a las plataformas digitales para su lanzamiento.

NUEVA NORMALIDAD, NUEVO ESQUEMA DE PRODUCCIÓN

La locación fue la casa del actor. Ahí trabajó un pequeño equipo de producción (unas tres personas) que recibieron indicaciones del director, quien siguió todo a través de videollamada para reducir riesgo de contagios.

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ACTRIZ PLURIFUNCIONAL

Gabriela de Garza, además de actuar en el cortometraje, se hizo con la responsabilidad de ejectuar otros oficios en el rodaje: fue maquillista, vestuarista, utilera y se hizo cargo del servicio de alimentos para el equipo de producción

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