Descubierto incesto en primer grado en la historia antigua irlandesa

Redacción

Unos arqueólogos y genetistas, dirigidos por expertos del Trinity College de Dublín, han arrojado nueva luz sobre uno los primeros períodos de la historia humana de Irlanda.

Entre sus increíbles hallazgos está el descubrimiento de que el genoma de un varón adulto enterrado en la tumba de Newgrange apunta a un incesto en primer grado, lo que implica que se encontraba entre una élite social gobernante similar a la de los reyes-dioses incaicos y a la de los faraones egipcios, que usaban la endogamia para perpetuarse.

Más antigua que las pirámides, la tumba de Newgrange en Irlanda es famosa por su alineación solar anual donde el solsticio de invierno ilumina su cámara interior sagrada en una explosión de luz dorada. Sin embargo, se sabe poco sobre quién fue enterrado en el corazón de este imponente monumento de 200.000 toneladas o de la sociedad neolítica que lo construyó hace más de 5.000 años.

El estudio de los antiguos genomas irlandeses, publicado en la revista internacional Nature, sugiere que un hombre que había sido enterrado en esta cámara pertenecía a una élite dinástica. La investigación, dirigida por el equipo de investigación del Trinity, se llevó a cabo en colaboración con colegas del University College London, la Universidad Nacional de Irlanda Galway, el University College Cork, la Universidad de Cambridge, la Universidad de la Reina de Belfast y el Instituto de Tecnología Sligo.

“Nunca había visto nada parecido”, dijo la Dra. Lara Cassidy, del Trinity, primera autora del trabajo. “Todos heredamos dos copias del genoma, una de nuestra madre y otra de nuestro padre; pues bien, las copias de este individuo eran extremadamente similares, un signo revelador de una estrecha endogamia. De hecho, nuestros análisis nos permitieron confirmar que sus padres eran parientes de primer grado”.

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Newgrange. (Foto: Ken Williams, shadowsandstone.com)

Los matrimonios de este tipo (por ejemplo, las uniones entre hermanos) son un tabú casi universal por razones culturales y biológicas. La única aceptación social confirmada del incesto en primer grado se encuentra entre las élites, típicamente dentro de una familia real deificada. Al romper las reglas, la élite se separa de la población general, intensificando la jerarquía y legitimando el poder. Un ritual público y una extravagante arquitectura monumental suelen coexistir con el incesto dinástico, para lograr los mismos fines.

Según el Profesor de Genética de la Población en el Trinity, Dan Bradley, “El prestigio del entierro hace muy probable que fuera una unión socialmente aceptada y nos habla de una jerarquía tan extrema que los únicos compañeros dignos de la élite eran los miembros de la propia familia”.

El equipo también desenterró una red de relaciones familiares distantes entre este hombre y otros individuos de yacimientos similares en todo el país, incluyendo los megacementerios de Carrowmore y Carrowkeel en el condado de Sligo.

“Parece que lo que tenemos aquí es un poderoso grupo familiar extendido, que tuvo acceso a sitios de entierro de élite en muchas regiones de la isla durante al menos medio milenio”, añadió el Dr. Cassidy.

Sorprendentemente, un mito local da sentido a estos resultados, junto con el fenómeno solar de Newgrange. Registrada por primera vez en el siglo XI d.C., cuatro milenios después de la construcción, la historia cuenta acerca de un rey constructor que reinició el ciclo solar diario durmiendo con su hermana. El topónimo irlandés Fertae Chuile, está basado en esta tradición y puede ser traducido como “Colina del Pecado”.

El estudio del genoma se extendió durante dos milenios y desenterró otros resultados inesperados. Dentro de la estructura funeraria más antigua conocida en la isla, la tumba de Poulnabrone, se descubrió el primer caso diagnosticado de Síndrome de Down en un niño varón que fue enterrado allí hace cinco mil quinientos años. Los análisis de los isótopos de este bebé mostraron una firma dietética de lactancia. Esto proporciona una indicación de que las diferencias físicas visibles no eran una barrera para un entierro de prestigio en el lejano pasado.

Además, los análisis mostraron que los constructores de monumentos fueron granjeros primitivos que emigraron a Irlanda y reemplazaron a los cazadores-recolectores que los precedieron. Sin embargo, esta sustitución no fue absoluta; se descubrió que un solo individuo del oeste de Irlanda tenía un cazador-recolector irlandés en su árbol genealógico reciente, lo que apuntaba a un empantanamiento de la población anterior más que a un exterminio.

Los genomas de raros restos de los propios cazadores-recolectores irlandeses mostraron que estaban muy estrechamente relacionados con las poblaciones de cazadores-recolectores de Gran Bretaña (por ejemplo, el Hombre de Cheddar) y de Europa continental. Sin embargo, a diferencia de las muestras británicas, estos primeros irlandeses tenían la huella genética de un prolongado aislamiento en la isla. Esto encaja con lo que sabemos sobre los niveles del mar prehistórico después de la Edad de Hielo: Gran Bretaña mantuvo un puente terrestre hacia el continente mucho tiempo después de la retirada de los glaciares, mientras que Irlanda estaba separada por el mar y sus pequeñas poblaciones tempranas debieron haber llegado en botes primitivos.

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