Redacción

Danny Trejo no es alguien que olvide sus raíces.

El actor estadounidense, de ascendencia mexicana, considera que muchos chicos en prisión piensan que parte de la cultura mexicana es decirse que son chingones pero en realidad es algo que va más allá.

“La cultura mexicana es el vato que trabaja, el que ayuda a su familia, que regresa del trabajo a casa, toma a sus hijos y los lleva al parque a jugar futbol, eso es ser mexicano, esa es la cultura, eso es lo que hacemos”, dice en entrevista.

“Todos dicen ‘pues soy chicano’, sabes qué, el chicano es el que va a trabajar, apoya a su familia y si es divorciado paga la pensión de sus hijos y eso es lo que yo soy, soy un mexicano verdadero, todavía cuido de la mamá de mis hijos y no hemos estado juntos en 20 años. Quiero ser ese tipo de mexicano”, comenta.

Trejo aprendió esto en carne propia. Después de llevar una vida temprana dentro del mundo de las drogas y la delincuencia, situación que lo llevó incluso a la cárcel, rectificó su camino y con el tiempo y trabajo se convirtió en la estrella de Hollywood que hoy es.

Ese camino de transformación queda evidenciado en el documental Inmate #1: The rise of Danny Trejo que se estrenará en México el próximo 2 de octubre.

En palabras del actor se trata de un largometraje con el que busca servir de inspiración para quienes están pasando por lo que él vivió cuando estuvo privado de su libertad. En el filme, además de Danny Trejo aparecen entrevistas con personajes como el cineasta Robert Rodríguez.

En retrospectiva Trejo explica que no hay nada de qué arrepentirse, pues lo que ha pasado en su vida lo hizo convertirse en la persona que es hoy.

“Creo que me tomó pasar por lo que pasé y ser quien fui para ser quien soy hoy, así que no importa en dónde empiezas sino dónde termines”, comenta.

Sueños a la pantalla. A lo largo de sucarrera Danny se permitió interpretar personajes contrastantes. Si bien es recordado como el ex policía Machete, por las sangrientas cintas de Robert Rodríguez, también ha aparecido en largometrajes para niños como Mini espías (también de Rodríguez) o en Dora y la ciudad perdida.

El actor explica que no tiene ningún problema para elegir cualquier personaje.

“No me importa, este es mi trabajo, soy como el tipo que pinta casas, no me importa cuál sea, sólo díganme cuál quieren que pinte”, dice.

“Cuando voy a un trabajo prácticamente haría cualquier cosa que me dijeran”.

Sin embargo, sí hay algo que le interesa al pensar en próximos proyectos en cine y es dar vida a un personaje que tenga que ver con sus raíces mexicanas.

“Me encantaría hacer… hay una película vieja llamada Viva Zapata con Marlon Brando cuando él era delgado y otra llamada Valdez is coming donde el protagonista interpreta a un mexicano y es un actor brillante pero el acento era barato. Me gustaría hacer una película como esa”, señala.