Redacción

El semáforo naranja ha marcado una nueva normalidad en la Ciudad de México. Centros comerciales, restaurantes y negocios del primer cuadro de la capital abrieron con lineamientos de sanidad como el uso de cubrebocas y gel antibacterial, y con una capacidad al 30%. La afluencia de visitantes y compradores han sido un termómetro para medir el ánimo de los capitalinos para retornar a las actividades cotidianas como ir a comer con la familia o hacer compras.

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, consideró que no se aceleró el desconfinamiento tras implementar el semáforo naranja pues se realizó un buen trabajo y la hospitalización de pacientes con Covid-19 sigue disminuyendo, aunque en las próximas semanas se verá el impacto real por la reapertura.  Mientras tanto, estas son las fotos de la semana, testimonios gráficos de la nueva normalidad capitalina.

Filas en Corregidora. Sergio Tapia. 6 de julio

Estaba en la calle de Corregidora el día que abrieron el Centro Histórico por orden alfabético. En esa calle venden cosas de ferretería y construcción. En la fotografía se puede ver que la mayoría de los que hicieron fila son hombres. Muchos estaban chiflando y pidiendo que el acceso fuera más rápido, por varias horas el tamaño de la fila fue grande. En esa calle todavía hay muchos negocios cerrados, así que los comerciantes decían que no estaba bien planeado porque llega un momento en el que la gente se amontona.

Central de abastos, se relajan las medidas. Juan Boites. 5 de julio

Desde que inició la pandemia he ido cada lunes a la Central de Abasto, pero esta semana fui en domingo y me pareció que es un día muy familiar, la gran mayoría de los compradores son familias enteras con niños. Fue el primer domingo con el semáforo narajana, asumí que sería el día con más personas y, en efecto, había muchas más personas. Sin embargo, lo preocupante fue que las medidas son más relajadas. Semanas atrás un gran porcentaje usaba cubrebocas y la gran mayoría usaba también careta, pero el domingo me pareció que por lo menos la mitad de la gente ya no usaba nada, vi muy pocas caretas, creo que la gente ha empezado a confiarse más de la cuenta. En la imagen se ve una pareja con todas las medidas, incluso traen guantes, ellos en realidad, con el paso de los días son ahora la excepción. Ir cada semana a la Central de Abasto me ha permitido ver cómo cambian las cosas poco a poco y es inquietante la relajación.

Restaurantes en semáforo naranja. Carlos Mejía. 4 de julio

Mi compañera reportera y yo fuimos a un restaurante de mariscos en la colonia Roma, por la fuente Cibeles, para registrar el día de apertura con el semáforo naranja, queríamos ver si estaban tomando todas las medidas. Se permite hasta un 30% y lo que vimos es que hay más gente de lo permitido, en el que nosotros estábamos había por lo menos un 60%, pero así estaban los otros restaurantes alrededor de la fuente, incluso había filas para entrar, pudimos ver familias, parejas, grupos de amigos o de trabajo, es como si mucha gente estuviera esperando ya el momento de retomar sus actividades, reunirse en grupos. Sin embargo, el personal sí está tomando las medidas, usan cubrebocas en todo momento, limpian constantemente las mesas, los platos van cerrados, los cubiertos envueltos. Nosotros ordenamos algo y como comensal sí me sentí seguro.

Centro Histórico por orden alfabético. Berenice Fragoso. 8 de julio

Se anunció que con el semáforo naranja se iba a permitir el acceso al Centro Histórico por orden alfabético. La imagen fue tomada en la calle de Pino Suárez, pero en todas las calles había filtros con personas invitando a usar gel, recordando el uso de cubrebocas o repartiéndolos a quienes no lo tenían, y tomándoles la temperatura. La gente se acercaba a ellas para pedirles el gel, incluso se hacían filas, sus cubrebocas se les agotaron porque muchos se los pedían, creo que todavía hay preocupación en las calles. Esas brigadas son del Gobierno de la Ciudad de México y creo que han funcionado, lo que hacen constantemente es pedirles a los peatones que usen correctamente el cubrebocas porque, como se ve en la imagen, hay gente que lo trae de adorno en el cuello; muchos sí les hacen caso y se lo acomodan, otros no.

Parque Delta. Adriana Hernández. 8 de julio

El día de reapertura de los centros comerciales fui a Parque Delta, fue un relajo, nos dejaron trabajar sólo unos 15 minutos y a los fotógrafos nos pusieron a una persona para cuidarnos o vigilarnos. Fue sorprendente ver a mucha gente con grandes bolsas, ceo que los empleados estaban contentos, saludaban, daban la bienvenida, finalmente se reestableció su empleo y debe tenerlos un poco más tranquilos. Sin embargo, la chica que aparece en la imagen fue de las pocas que vi con una gran seriedad. Una constante fue que en una gran mayoría de las tiendas había descuentos, no sé si reales, pero sí había muchos anuncios de rebajas, otra constante fue que todo el personal tenía cubrebocas y caretas.

Reapertura de centros comerciales. Sergio Tapia. 8 de julio

El día de reapertura de los centros comerciales fuimos a ver las medidas que tomaron, en una tienda había incluso un carrito que va desinfectando las áreas comunes, en otra tienda hay una especie de lockers en donde limpian la ropa que la gente toca o se prueba, aunque no en todas las tiendas permiten a los clientes medirse las prendas. Las imágenes corresponden a un centro comercial en Polanco, una zona exclusiva de la Ciudad de México, el perfil de clientes es distinto a otros, por ejemplo, vi filas para comprar los tenis de Michael Jordan, y en una de las fotos aparece un muchacho con un cubrebocas de la marca de un diseñador. Y en otra imagen se puede observar que todos los compradores deben pisar el tapete desinfectante, se les toma la temperatura y deben portar cubrebocas.

Comedores móviles. Adriana Hernández. 7 de julio

Es un retrato de una mujer, Mónica Escalante, es invidente, perdió la vista hace 20 años, tiene 60 años, vive sola y no tiene empleo, así que acude a los comedores móviles para ir por sus alimentos. Antes de la pandemia había comedores públicos, se instalaban en casas particulares, pero algunos dejaron de dar servicio y ahora son móviles, hay uno en el parque López Velarde, en la alcaldía de Benito Juárez, y está desde que inició la pandemia. Es como un remolque dividido, en una parte puedes lavarte las manos y en otro lado hay mesitas con los guisados, pan y agua, y es comida que llevan del comedor Villamujeres que está en el norte de la ciudad. Mónica no sabía que existía ese comedor y acude desde hace 15 días, a veces la acompaña un vecino, y a veces su vecino va por la comida de los dos. La mayoría de las personas que acuden llevan sus trastes para evitar que les sirven en trastes de unicel. Las personas con alguna discapacidad, infantes y personas de la tercera edad tienen prioridad. La gente hace fila, pero para evitar aglomeraciones ponen sus cosas en la fila y las personas se dispersan en los alrededores, a Mónica ya la conocen y apartan su lugar con un tronco o una piedra, cuando ella llega tiene prioridad. Me comentó que le da un poco de miedo salir, por eso se cubre completamente su rostro para no infectarse de Covid-19.

Lluvias en la capital. Valente Rosas. 5 de julio

Ese día fue lunes, ya con el semáforo naranja, había tráfico y llovió mucho. Fui a la zona cercana al aeropuerto y en el Boulevard Puerto Aéreo es muy común que haya encharcamientos y para tratar de aligerarlos, el personal de seguridad lo que hace es pedir que los camiones grandes pasen rápidamente por el carril de extrema derecha para que se cree una suerte de fuente para que el agua llegue a las coladeras, es un ejercicio que permite al vector hacer un mejor desazolve. Los policías tienen que dirigir el tránsito para que pasen los camiones, así que irremediablemente se tienen que mojar cada vez, como se puede apreciar en la imagen.

Protestas de desempleados del desaparecido Seguro Popular. Jorge Alvarado. 9 de julio

Es la segunda ocasión que se manifiesta el personal administrativo del desaparecido Seguro Popular, los despidieron cuando se creó el INSABI y desde entonces han pedido que los recontraten. La fotografía es de la segunda protesta, en teoría fueron a que les dieran una respuesta, permanecieron en la calle Independencia, en la ciudad de Toluca, por varias horas. Un par de personas pudieron ingresar para hablar con alguien, pero lo cierto es que son oficinas del INSABI y en este momento, ante la pandemia, no hay mucho personal. Las personas gritaban que los dejaran trabajar, que son el sustento de sus familias.