Juegos en la Alameda, luchadores en crisis y reapertura del Zócalo, entre las mejores fotos de la semana

Redacción

En las últimas dos semanas se han realizado reaperturas parciales de calles y comercios del Centro Histórico de la Ciudad de México; sin embargo, el fin de semana pasado, Madero –una calle peatonal considerada como de las más transitadas en el país–  fue reabierta, mientras que a espacios como el Zócalo le fueron retiradas las vallas que lo rodeaban. Esos cambios provocaron un aumento visible en la cantidad de gente que transitaba por las calles en el marco de la nueva normalidad.

Los fotoperiodistas registraron esos hechos, pero también a niños bañándose en las fuentes de la Alameda Central, escuelas preparándose para el reinicio de clases, personas pidiendo apoyos gubernamentales y al ejército fabricando ropa para los trabajadores de la salud, en un país en el que van más de 300 mil contagios confirmados y mientras el semáforo epidemiológico por Covid-19, que aplica a partir de mañana y hasta el 26 de julio, coloca a 18 estados en color rojo y 14 entidades en color naranja.

Las multitudes en la Calle Madero, de Juan Boites – 11 de julio

Vivo en el centro y siempre camino hacia el periódico. Vi el cielo y la Torre Latinoamericana, me pareció el escenario perfecto para tomar una foto, pero cuando me acerqué vi la gran cantidad de personas que caminaba por Madero. En la esquina con Eje Central sólo había un policía, algo insuficiente para el mar de gente. Además, Madero atraviesa por varias calles y en cada cruce se hacían aglomeraciones, es decir, era la misma situación de hace unos meses, sólo que ahora las personas usaban cubrebocas. Es la misma situación porque vi que en realidad las personas entraban a las tiendas a comprar para aprovechar las ofertas, es decir, mientras el mundo está en una crisis, pareciera que hay mayor interés por dejar el encierro e ir a comprar. Se está perdiendo el sentido de la gravedad de la pandemia.

Jugar con agua en la Alameda, de Juan Boites – 12 de julio

Al ver la cantidad de gente el sábado sobre la calle Madero, pensé que al día siguiente, por ser domingo, sería lo mismo. Comencé a caminar por la Alameda y vi que había parejas abrazadas y una familia de como 12 personas haciendo un día de campo, todos estaban muy contentos y sin cubrebocas. Sin embargo, cuando llegué a la fuente vi a unos niños adentro, jugando con el agua, que realmente estaban muy felices, sentimiento que era compartido por su mamá que les tomaba fotografías. La imagen es complicada porque por una parte, las personas realmente se sentían felices, mientras que por otro lado está la situación difícil por la cantidad de contagios que no disminuye. No es posible tomar una postura, porque además, no solamente era este grupo de personas, en las otras fuentes también había gran cantidad de personas.

La nueva normalidad en las escuelas, de Fernanda Rojas – 15 de julio

En redes sociales vi que había una compañía que instalaba mamparas en las escuelas. Me parecieron interesantes las medidas que iban a comenzar a usar algunos sitios, los contacté y ellos me condujeron hasta un colegio particular en la colonia Del Valle, en la alcaldía Benito Juárez, donde pude ver cómo cada pupitre cuenta con mamparas de acrílico transparente. Platiqué con la niña que aparece en la foto y me dijo que se sentía segura de regresar a las clases con todas las medidas que en su escuela se están tomando; sin embargo, me quedé pensando que estas medidas son viables en instituciones educativas donde hay recursos y donde hay una menor matrícula de estudiantes. No me puedo imaginar este tipo de instalaciones en otras escuelas donde la matrícula es muy grande y sobre todo, donde no haya recursos.

El Ejército que fabrica uniformes médicos, de Adriana Hernández – 14 de julio

En la alcaldía Iztapalapa están unas instalaciones del Ejército, ahí fabrican los uniformes de los militares; sin embargo, debido a la emergencia sanitaria, la nave de corte y confección la dividieron, en una mitad continúan la fabricación de los uniformes, mientras que en la otra mitad hacen trajes para el personal médico que atiende a pacientes con Covid-19. Todo inicia en la nave de corte y confección, después el procedimiento se concluye en otra nave donde hacen la manufactura. Los militares nos comentaron que al inicio no se daban abasto por la cantidad de pedidos, pero lo que me llamó más la atención fue la rapidez y la coordinación con la que trabajan, hacen mil filipinas y 700 pantalones al día, pero no sólo eso, el ambiente es muy interesante, en ese lugar sólo se escuchan las máquinas, los militares traen tapados los oídos y cubrebocas, no se distraen con nada, sólo están atentos a su trabajo.

La comunión en la mano, de Valente Rosas – 10 de julio

En la colonia Narvarte está la parroquia la Sagrada Familia, a la que fuimos porque tuvimos conocimiento de un sacerdote que fue de los pocos autorizados para dar los santos óleos a pacientes con Covid-19. Fuimos a conocer su historia porque como parte de su misión, resultó infectado con el virus y ya se encuentra recuperado; sin embargo, al entrar a la iglesia pudimos ver cómo se están preparando estos espacios para ofrecer misas, realizar confesiones y dar la comunión en la nueva normalidad, es decir, una serie de medidas entre las que se encuentran la toma de temperatura a los asistentes, quienes también deberán atravesar por un tapete desinfectante. Sin embargo, mientras esperábamos a que el sacerdote su colocara su traje de bioseguridad, pude ver cómo daban la comunión a un asistente, resultó por demás interesante pues ya no se dará en la boca directamente como de costumbre, sino que se les da en la mano y los feligreses tendrán que ingerir la hostia.

Traslados en tiempos de Covid, de Germán Espinosa – 14 de julio

Sumi Pasos es una teniente del Servicio de Sanidad Naval, que a través de una ambulancia aérea de la Marina, trabaja en la realización de traslados de personas que tienen alguna enfermedad, en este caso de Covid-19, pero que se encuentran en zonas que son poco accesibles. Por ejemplo, nos contó cómo hay personas que se encuentran en alguna comunidad de Guerrero y que requieren atención especial urgente, por lo que a través de una ambulancia normal la persona es trasladada hasta un sitio donde la ambulancia aérea pueda recogerlo y después se le traslada hacia la Ciudad de México, donde pueda recibir la atención médica. La teniente nos contó algunos detalles de su trabajo y siempre resaltó el orgullo que siente al poder contribuir en esta pandemia.

Luchadores en espera de ayuda, de Germán Espinosa – 15 de julio

El miércoles fui a cubrir cómo solicitaban apoyos económicos algunos luchadores, en el deportivo Coyuya, de la alcaldía Iztacalco. Actualmente ellos no pueden trabajar, entonces el luchador “El Fantasma” hizo gestiones para que sus compañeros pudieran ser censados e identificar si son candidatos a un crédito a la palabra, tipo de recursos que el actual gobierno otorga como medida de apoyo por la contingencia de Covid-19. Pude platicar con ellos y percibí un ánimo decaído, porque fueron a entregar sus papeles y luego les iban a informar si podrían acceder al apoyo, pese a ello, comentaban que no quedaba de otra más que seguir, de hecho, nunca abandonan su personaje e incluso cuando veían la cámara fotográfica como que cambiaban un poco la pose.

Un Zócalo libre, de Adriana Hernández – 16 de julio

Debido a la pandemia de Covid-19 varios espacios fueron cerrados o cercados, uno de ellos fue el Zócalo que estaba rodeado de vallas metálicas que restringían el acceso, pero la semana pasada esas vallas le fueron retiradas y con ello la gente comenzó a atravesar. Estuve ahí en espera de que algo sucediera y de repente a lo lejos vi que había una pareja de jóvenes sin cubrebocas, que después posaron frente a la bandera dándose un beso, también pude ver a un papá que jugaba a la pelota con su hijo, algunos usuarios de bicicletas y algunas familias que por las bolsas que llevaban, parecía que venían de realizar algunas compras. En general, la gente disfrutaba la reapertura del Zócalo.

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