Por Covid-19, tempestad sacude ingresos y empleo

Redacción

El Covid-19 tomó a una economía mexicana debilitada, por lo que su impacto fue más profundo. La tradicional desaceleración en el primer año de cada sexenio se agudizó por la sorpresiva llegada de la pandemia, que implicó el cierre de establecimientos, suspensión temporal o definitiva de empleos y la caída del ingreso en los hogares.

Durante 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 0.3%, luego de que un año antes había crecido 2.2%. Este menor dinamismo fue resultado del desajuste estacional por la llegada de un nuevo gobierno y que se intensificó por el desacuerdo de los empresarios con las medidas tomadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Este choque generó gran incertidumbre y una contracción de las inversiones pública y privada. Así, mientras la primera reportó una caída de 9.7% el año pasado, la segunda se contrajo 4.3%, tras un lustro de crecer, como reflejo del deterioro de las expectativas económicas.

Al cierre del año pasado las expectativas de crecimiento económico para 2020 de los especialistas del sector privado eran de 1.1%, y para marzo ya estaban en terreno negativo, en -3.5%, cuando se veía venir el impacto de la pandemia.

Después del desplome histórico de 18.9% del PIB en el segundo trimestre, los analistas estiman que la economía caerá alrededor de 9% este año, en el mejor de los casos.

El programa de emergencia para enfrentar el brote implicó que más de la mitad de las firmas aplicaran paros técnicos o cierres temporales, de acuerdo con los resultados de la Encuesta sobre el impacto económico generado por Covid-19 en las empresas, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Además, 93.2 % de las compañías registró al menos un tipo de afectación por el virus. La principal fue la disminución de los ingresos (91.3%). Pese a ello, sólo 7.8% obtuvo algún tipo de apoyo, mientras que el resto (92.2%) no recibió ayuda.

Asimismo, al cierre de abril, 46.1% de la población ocupada —15.2 millones de trabajadores adultos— vieron reducidos sus ingresos laborales, de acuerdo con la Encuesta telefónica sobre Covid-19 y mercado laboral, del Inegi.

En casi uno de cada tres hogares encuestados (30.4%) algún integrante perdió su trabajo por la pandemia y en 65.1% de las viviendas disminuyeron los ingresos.

De las casas con caída en ingresos, en 37.4% de ellas sus integrantes tuvieron que vender algún bien, pedir dinero prestado o recurrir a sus ahorros, explica Edgar Vielma, director general de Estadísticas Sociodemográficas del organismo.

También hubo un repunte de la población en pobreza laboral. El porcentaje que está con un ingreso inferior al costo de la canasta alimentaria llegó a 54.7% en mayo, tasa muy superior a 35.7% del primer trimestre del año, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Este órgano calcula que de abril a mayo el ingreso laboral de los hogares reportó una caída de 6.2%, mientras que la masa salarial, entendida como la suma de las percepciones salariales de todas las personas ocupadas, bajó 7.6% en el periodo.

Además, por el brote hay un millón 114 mil empleos perdidos de marzo a junio, de acuerdo con cifras de trabajadores inscritos al IMSS.

Es probable que se sigan perdiendo puestos este año, ya que los despidos masivos del primer semestre se concentraron en industrias directamente afectadas por el virus, y de agosto a diciembre el efecto dominó sobre otras industrias, así como la expectativa de una lenta recuperación en México podrían provocar más despidos, estima Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.

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