Redacción
La pandemia del coronavirus provocó la mayor paralización educativa de la historia y el cierre de escuelas en más de 160 países afectaba, a medidos de julio, a más de mil millones de estudiantes, dijo ayer el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres,
Además, al menos 40 millones de niños en todo el mundo se han perdido la educación “en su año crítico de preescolar”, agregó. Como resultado, Guterres advirtió que el mundo enfrenta “una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, socavar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades enquistadas”. Antes incluso de la pandemia, el mundo sufría “una crisis de aprendizaje”, con más de 250 millones de niños sin escolarizar y solo un cuarto de los jóvenes de secundaria que dejaban la escuela en países en desarrollo tenían “habilidades básicas”, explicó Guterres.
Según una proyección global sobre 180 países elaborada por la agencia educativa de la ONU, UNESCO, y organizaciones asociadas, unos 23.8 millones de alumnos más entre el jardín de infantes y la universidad están en riesgo de abandonar sus estudios o de no tener acceso al próximo curso académico por el impacto económico de la pandemia.
“Estamos en un momento decisivo para los niños y jóvenes del mundo”, dijo Guterres en un mensaje en video y en una conferencia de prensa sobre el informe de 26 páginas.
“Las decisiones que los gobiernos y los socios tomen ahora tendrán un impacto duradero en cientos de millones de jóvenes y en las perspectivas de los países en vías de desarrollo para las próximas décadas”. Según el reporte, “la paralización educativa sin precedentes” por la pandemia está lejos de terminar y hasta 100 países no han anunciado todavía el calendario para la reapertura de centros educativos.
En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) abogó por el respeto de los protocolos y reglamentaciones en vigor en el desarrollo de una vacuna contra el Covid-19, luego de que Rusia prometiera “millones” de dosis desde comienzos de 2021.
“Por momentos, los investigadores individuales aseguran haber encontrado algo, lo cual es por supuesto una buena noticia. Pero entre encontrar y tener la posibilidad de tener una vacuna que funcione y haber atravesado todas las etapas hay una gran diferencia”, dijo el portavoz de la OMS Christian Lindmeier, al recordar que el organismo no tenía hasta el momento “nada oficial”.
Rusia anunció que tres empresas biomédicas estarían en condiciones de producir desde septiembre y de manera industrial una vacuna desarrollada por el laboratorio de investigaciones en epidemiología y microbiología Nikolái Gamaleia.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que la pandemia está teniendo un “impacto devastador” en la atención sanitaria en la región, señalando la existencia de un brote de sarampión en Brasil y casos de difteria en Haití y Venezuela.