Redacción
Hogares, vehículos y casi 200 mil kilómetros en llamas: el intenso calor y el golpe de más de 10 mil rayos en 72 horas han desatado más de 400 incendios que obligaron a desalojar a más de 100 mil personas y a declarar emergencia en California.
El fuego ha consumido 186 kilómetros cuadrados (46 mil acres) en el área de la bahía de San Francisco y en otras partes del norte de California, informaron ayer las autoridades.
Los incendios forestales han afectado en gran medida a la región vinícola de Napa y otros condados, como el de Sonoma y Solano. Las autoridades del condado de Sonoma advirtieron en las últimas horas de una “amenaza inmediata para la vida” a raíz de las quemas en curso.
“Si se les pide que evacúen, por favor háganlo de forma SEGURA”, dijo la policía de la ciudad de Vacaville, cerca de la capital del estado, Sacramento.
El fuego se ha extendido desde la región vinícola hasta las montañas de Santa Cruz, moviéndose rápidamente alimentadas por una intensa ola de calor que también ha conllevado apagones de electricidad en la región.
California ha sido afectada además en las últimas 72 horas por más de 10 mil 800 rayos, que han causado cerca de 367 nuevos incendios, según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios del estado. El norte y centro de California comenzaron a registrar una secuencia inusual de rayos la mañana del domingo, la más intensa que se tenga memoria en el área de la Bahía.
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el martes el estado de emergencia para facilitar la liberación de fondos contra los incendios “que han sido exacerbados por la histórica ola de calor en la costa oeste y fuertes y sostenidos vientos”.
Tan sólo en los últimos dos días se reportaron cerca de 12 incendios nuevos.
El domingo, el mercurio en el Valle de la Muerte alcanzó los 130 grados Fahrenheit (54 grados centígrados), posiblemente la lectura más alta en la Tierra en casi 90 años de confirmarse la medición. Los incendios, que están liberando una enorme cantidad de humo al aire, se registran mientras el estado lidia con un aumento en los casos de coronavirus, lo que genera temores sobre la seguridad de los bomberos y de quienes evacúan sus hogares.
Algunos residentes de Vacaville abandonaron sus casas vestidos con sus pijamas mientras las llamas se elevaban a través de las carreteras y las líneas de gas explotaban en varias residencias.
Muchas personas sufrieron quemaduras mientras corrían por sus vidas. Los bomberos advirtieron que el fuego está fuera de control.
Una mujer describió cómo huyó de las llamas con su marido: abandonaron el auto en el que iban cuando el fuego los alcanzó. “Tenía todas estas llamas encima y perdí mi zapato… pero lo logré”, dijo a la estación local de NBC. “Dios me salvó”.
